Capitulo 27: Flechas y Patas de caballo

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Akila había llegado de su misión recostada sobre el Heptotigre profundamente dormida, y en pleno amanecer justo cuando los cazadores iban a buscar algo para las comidas del día. Ellos la recibieron y dejaron a uno de los nuevos el trabajo de llevarla a su habitación, el joven poseía la constelación Serpens.

Él la agarra como si fuera una princesa de cuentos de hadas y la lleva a su habitación, pero como no sabía cuál de ellas era, por error, entra al cuarto de Renato Sagittarium, el cual estaba plácidamente dormido. Pero el joven cazador Serpens deja caer a Akila al detallar mejor a Renato.

—¿Cómo carajos? ¡Tiene piernas de caballo! —El joven cazador grito despertando a muchas personas incluyendo a la sacerdotisa del humo.

—Hoy vas a morir —la voz gruesa de Akila y su humo rodeándola como si fuera un aura, le otorgaron una apariencia macabra.

—¡No! —grito el joven cazador, pero ya su destino estaba firmado.

Cuando Akila termina de invalidar al cazador por mucho tiempo se recuesta justo a Renato, intenta hacer un espacio en la cama, pero algo se lo impedía, ciega y drogada por el sueño toca lo que serían las piernas de Renato, pero se da cuenta de que estas tenían una gran cantidad de cabello y mucha masa, mientras baja se encuentra la sorpresa de que eran muy parecidas a un caballo y salta del susto.

—Renato ¡tienes piernas de caballo! —grita Akila y salta de la cama quitándose el sueño.

Renato se despierta y se levanta plácidamente. Akila a poca luz puede ver las cuatro patas de caballo y el torso de Renato.

—Ya pueden dejar de gritar. Sé que tengo el sueño pesado, pero escuche el primer grito.

Akila sorprendida sale de la tribu en búsqueda de su padre o de cinco fuegos o de alguien que supiera lo que pasaba ahí. Llega a las cabañas de ellos, pero ninguno de ellos estaba allí, lo más probable era que hayan salido de caza. Y Akila no tenía tiempo de seguirlos o de volver a salir así que fue en búsqueda de los demás, principalmente de Omalu.

Akila estaba llegando a la otra punta de la tribu donde se encontraban las cabañas de Misi, Omalu y Ernesto hasta que escucha.

—¡Flechas y Centauros, ¿qué te paso hijo?!

—Cinco fuegos —Pensó Akila.

Corre nuevamente a la cabaña de Renato y allí se encuentra a cinco fuegos, su tío Antoine y un pequeño grupo de cazadores quienes habían pasado de la presencia de su víctima.

—¡Ah! —el grito de Renato fue horrible y femenino, como si fuera visto a la muerte desnuda a los ojos.

Renato caminaba en círculos viéndose su gran y musculoso trasero y su nuevo par de piernas, Renato estaba pálido, tanto que terminó por caerse con todas sus piernas al suelo, afortunadamente entre su desorden la cabeza de Renato cayo en algo suave, así como el resto de su ecuestre cuerpo.

—Gente aquí ya no hay nada que ver, lleven la caza a las cocinas y déjennos aquí —habla cinco fuegos sacando a todas las demás personas del cuarto de su hijo. Una vez todos sales, cinco fuegos" cierra la puerta dejando dentro al jefe Antoine y a Akila quien estaba algo irritada y somnolienta. —Pensé que esto no pasaría. Por favor ayúdenme.

Los tres ayudan a colocar el cuerpo de Renato sobre su "cama" y de allí salen de la cabaña. El jefe Antoine se veía preocupado al igual que el jefe cinco fuegos.

—Estoy cansada y seguramente tendré pesadillas que Renato tendrá que pagar después, pero al menos pueden decirme porque Renato tiene de repente piernas de caballo. ¿Relinchara pronto? —pregunta Akila burlonamente.

I know I'm Not AloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora