35

458 81 13
                                    

"Si tuviera que volver a comenzar mi vida, intentaría encontrarte mucho antes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Si tuviera que volver a comenzar mi vida, intentaría encontrarte mucho antes."—El principito

La siguiente hora que transcurrió en mi vida, fue una mezcla total de emociones que me desconcertaban y mantenían a mi pobre corazón zumbando del alboroto que ocasionaban.

No ayudaba el buen interrogatorio que mi padre no pudo evitar echarme encima como si se tratara de un balde de agua fría. Le respondí todo, hasta lo más mínimo. Confiaba en él, sin embargo también se lo debía, era lo mínimo que podía hacer en agradecimiento. Después de todo, gracias a él podría despedirme...

Detestaba con toda mi alma las despedidas, no obstante, el simple hecho de verlo aunque sea una vez más... Me bastaba ver sus irresistibles ojos azules una vez más para sentir que todo estaría bien.

Todo sucedió tan rápido que el entorno que me rodeaba desapareció. Lo que transcurría a mí alrededor perdió sentido, se convirtió en una fachada de humo que era eclipsada por un zumbido constante que me recorría de pies a cabeza. Era adrenalina en su máximo esplendor lo que se apoderó de mí. La sentía cobrar vida a pesar de no encontrarme en ningún tipo de peligro, culpaba a la  insípida sensación de sofoco que me atravesaba el pecho como si mi vida estuviese en juego.

El miedo me paralizó. Mi mente obligó a mis piernas a continuar avanzando hasta que la silueta que reconocía a la perfección apareció ante mi campo de visión. No pude contenerme. Corrí en su dirección y al llegar a él, lo abracé por su espalda, haciéndole pegar un buen salto del susto.

— ¿Enana? —inquirió su voz. La calma me inundó de forma instantánea, sin embargo, no lo solté.

—No quiero...—, farfullé con la voz rota.—No quiero que te vayas estúpido Roba libros.

— ¡Oye, oye! ¿Por qué tanta agresividad?

Se reía. Su risa fue tan grata para mis oídos que mis manos aflojaron su agarre y él no desaprovechó la oportunidad para dar la media vuelta y mirarme fijamente a los ojos. Sus manos se alzaron en el aire y sujetó mis mejillas coloradas, obligándome a devolverle la mirada. Sabía que la humedad brillaba en el borde de mis ojos, amenazando con desbordarse en cualquier instante.

—Hola enana bella—, murmuró, un segundo antes de jalarme a su cuerpo y rodearme en un cálido abrazo. —No tienes idea lo mucho que agradezco que estés aquí.

—Tenía que verte... —, empecé a decir.

—Aunque sea una sola vez más...—, terminó por mí.

—Lo decimos como si esta fuese a ser la última vez que nos veremos...—, me quejé sintiendo el dolor que me transmitían esas palabras.

Me regaló una hermosa sonrisa llena de tristeza. —No lo será. Te prometo que no lo será.

— ¿Cómo puedes estar tan seguro? —, le cuestioné.

—Porque volveré. Volveré por ti. En un año cumpliré la mayoría de edad, sé que te estoy pidiendo demasiado, ¿Pero estarías dispuesta a esperar? ¿Esperarías por este ridículo y cursi Roba libros que se enamoró de ti?

A pesar del estado devastado en que me encontraba, le obsequie la mejor de mis sonrisas y una mirada traviesa.

— ¿Y qué ganaré si lo hago? —, le reté sintiendo como el ambiente se aligeraba cuando su radiante sonrisa surgió una vez más.

—Libros—, respondió radiante.— Todos los que quieras. Robaría todas las bibliotecas del condado si así lo quieres. Al final de algún modo le daré honor al nombre que me diste.

Me reí con muchas ganas.

—Tienes razón, salir con un Roba libros tendrá sus ventajas.— Le guiñe un ojo, —Me conviene esperar.

— ¿Cómo puede caber tanta maldad en tan pequeño ser humano? —, se preguntó a sí mismo en voz alta, evitando soltar una carcajada.

— ¡Oye!, —exclamé sonriendo con unas inmensas ganas de continuar haciendo el tonto... pero sabía que el tiempo lo teníamos contado, así que no pude contener más mis sentimientos. —Te diría que esperaría toda una vida por ti de ser necesario Dylan, pero te estaría mintiendo.

— ¿Por qué?

La confusión y una ligera capa de decepción cubrió sus facciones por un ligero segundo.

—Sí, porque soy lectora. Para cuando hayas vuelto ya habré vivido cien vidas y no pongo en duda que en cada una de ellas aparecerás, sé que me interrumpirás, porque desde que apareciste en mi vida, te convertiste en experto en ello. Así que sí, esperaría por ti Dylan, después de todo sé que lo único que podría hacer aún más perfecto vivir miles de vida, seria vivir esas miles de vidas contigo.

La emoción iluminó sus preciosos ojos que adquirieron un divino azul intenso que capturé en mi mente dispuesta a atesorar.

—Me fascinas Hayley.

Fue así que sumergidos en una inmensa burbuja que nada ni nadie de nuestro alrededor era capaz de pinchar, me besó. Intentamos con todas nuestras fuerzas, pero a pesar de lo mucho que nos esforzamos, nos resultó imposible impedir que el beso lleno de ternura se terminará mezclando con el sabor de nuestras lágrimas.

Sí, fue inevitable, al final de cuentas en ése beso nos transmitimos todas las palabras de despedida que fuimos incapaces de pronunciar.

Sí, fue inevitable, al final de cuentas en ése beso nos transmitimos todas las palabras de despedida que fuimos incapaces de pronunciar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Oye! Ése es mi libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora