5. Hay un barman llamado Eddie

270 22 1
                                    

En sábados y domingos solo trabajamos media jornada. Abrimos el café al medio día y cerramos a la misma hora de siempre, por lo que usualmente tengo la oportunidad de ver al chico de los dibujos incluso en fin de semana, pero no este sábado.

Después de haberme quedado un momento procesando el hecho de que alguien me haya dibujado sin mi consentimiento, Rachel llamó a Abu, quien, siendo una amante del arte, prácticamente se apoderó de la hoja, repitiendo una y otra vez que se trataba de una obra de arte, una definición que me caló hasta la medula cuando entendí que se refería a mi retrato.

Sin embargo, la peor parte, definitivamente, fue cuando propuso colgarlo en la pared del arte. No sabía cómo decirle que no sin ofenderla, porque negarle algo a Abu era como insultarla. Debí haber tenido una cara de pánico puro porque Rachel intervino diciendo que el dibujo era mío y yo debía decidir qué hacer con él, razón por la cual el dibujo ahora se encuentra escondido en uno de los cajones de mi armario, donde puedo pretender que no existe hasta que esté lista para enfrentarlo.

Como había predicho, a Abu no le sentó bien la negación. Con una sonrisa claramente forzada, nos dijo que nos daría el sábado libre.

- Para que se arreglen para la noche – Se excusó.

Porque al parecer ella no había olvidado el pequeño concierto de Rachel. Me tomó 3 minutos recordar que le había prometido a la rubia que la acompañaría y tuve que disimular saber exactamente a qué se refería Abu.

Abu se resintió tanto conmigo que cuando llegué a casa unas horas más tarde, lo único que encontré en la cocina fue un solitario plato de comida, sin rastro de Margaret Blue alrededor. Y se fue hoy en la mañana antes de que me levantara, antes de que le pudiera desear un buen día.


Rachel

Ya se le pasará, tú conoces a tu abuela.

Es imposible que se enoje tanto tiempo con su Rojita.


Sonrío. Comunicarme con Rachel es más fácil ahora que tengo su número. Es la misma chica divertida y ocurrida de siempre. Incluso si la veo todo el día en el café, siento que la llevo conmigo cuando hablamos hasta la noche.

Nunca pensé que ella y yo conectaríamos tan bien como amigas. Ni siquiera me había dado cuenta de cuánto me conocía hasta la noche anterior que me leyó como un libro abierto y salió en mi defensa, mientras yo no puedo ni siquiera recordar algo importante para ella.

Porque lo noté, por la manera emocionada que anoche me habló de la música y la gran oportunidad que es presentarse en el bar, que esta la actuación de hoy es algo especial para ella.


Lily

Esperemos.

Rachel, ¿cómo hacemos esta noche?

Rachel

Te busco en el Barrio Francés.

A eso de las 8.

😊

Lily

Bien.

😊


Miro el reloj de la sala. Son las once de la mañana, lo que me da cerca de nueve horas antes de salir.

- ¡Mack! – Llamo a mi hermana.

Escucho el sonido de pasos pequeños bajando las escaleras y su melena roja desordenada aparece en el umbral de la sala. Una fina línea de lava seca traza la zona de su barbilla.

Trazos AzulesWhere stories live. Discover now