9. Lily es una musa

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Maratón 2/2

Entro a la cocina a recoger tres porciones de pastel Red Velvet – la especialidad de mi abuela -, y Rachel coge uno extra, autoinvitándose a la reunión improvisada. Sonrío, al menos no estaré sola.

Abu se mantiene tejiendo un nuevo chal en su sillón de la cocina.

Peter y Tyler ya están sentados en una mesa para 4. Tal vez es poco ético que las empleadas se sienten con los clientes, pero los dos antiguos clientes se han ido del local y he decidido poner el cartel de cerrado para acabar con el día.

Ahora solo queda buscar una forma de decirle que no a Peter sin que me dé una cara de perrito pateado.

- Espero les guste el Red Velvet – Les digo mientras dejo un plato frente a cada uno.

Tyler ni siquiera responde, solo comienza a devorar el pastel, Rachel le sigue el ejemplo. Peter come un bocado y se dirige a mí, una sonrisa de segunda intención en su rostro: - Me encanta.

Me sonrojo.

Intento no ser consciente de que estoy comiendo un pastel lleno de azúcar y calorías frente a dos personas que apenas conozco. Ambos chicos, ambos guapos.

Intento pensar que esto es como una reunión de negocios. He acompañado a Abu en algunas con los proveedores del café, así que sé más o menos cómo funcionan. En este caso, los negociadores seríamos Peter y yo, Rachel y Tyler se mantienen al margen, ocupados con una conversación amena entre ellos.

Cuando he comido tres bocados de pastel – todos pequeños y sin crema – me giro a Peter con el propósito de hablar.

Abro la boca, la cierro. Tengo bastantes preguntas aunque no sé por dónde comenzar, gracias al cielo tengo una amiga que me ayuda.

- Entonces, Peter... ¿Dibujaste a Lily? – Es una forma de romper el hielo.

Todas las miradas se dirigen al nombrado.

- Sí.

- ¿Por qué?

- Porque sí – Es cortante, Rachel revolotea los ojos.

- Gran respuesta.

- No tengo que dártelas a ti.

Eso fue un poco hostil.

Rachel se pone firme en su asiento.

- Estamos hablando de mi amiga, mi amiga que dibujaste sin su permiso – El tono de Rachel es frío.

Peter suspira: - Lo siento, estoy nervioso. La verdad es que me gustaría solo hablar de eso con Lily porque es la única opinión que me importa – Rachel abre la boca –, sin ofender.

Los hombros de mi amiga, aunque tensos, se relajan un poco; se mantiene a la defensiva. Sus ojos azules pasan a los míos y puedo ver la pregunta nadando en ellos.

¿Quieres hablar con él?

Sí.

Rachel toma la mano de Tyler como si hubieran sido amigos de toda la vida y no de hace 15 minutos: - Ven conmigo y te daré un cupcake de chocolate.

- ¡Hecho!

Ambos se levantan de la mesa y se van. Tyler entra con prisa a la cocina, Rachel se voltea una última vez a verme, asiento. Me da una sonrisa y cierra la puerta tras de ella.

Nos quedamos en silencio.

La mirada atenta de Peter me hace saber que yo pongo las reglas y es que no soy buena para poner reglas.

Trazos AzulesDove le storie prendono vita. Scoprilo ora