Capítulo siete

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Harry no ha parado de mirar el reloj en la pared en ningún momento. Tal vez ha estado más distraído de lo que le gustaría, pero le resulta casi imposible concentrarse en lo que hablan a su alrededor cuando su mente está en casa, en Louis y en lo insufrible que tiene que estar siendo Margaret con él. Puede imaginarse las muchas preguntas inapropiadas o los comentarios maliciosos que estará haciéndole en ese mismo imstante, y carajo, no quiere Louis renuncie.

Cuando el reloj da las doce del medio día, él suspira de alivio y se levanta un poco más rápido que el resto de las personas. Para ser el presidente de su propia empresa, Harry puede ser muy penoso.

Se despide de cada persona en la sala, y cuando se acerca a su amigo, este le toma por el brazo.

—¿Estás bien? Actúas más raro de lo normal—dice sonriendo un poco.

—Margaret está haciendo una visita sorpresa y Louis está con ella.

Zayn hace una mueca al escuchar a su amigo, sabiendo perfectamente lo que significa tener que convivir con Margaret. No es una persona fácil.

—Suerte con eso—bromea—. ¿Por qué aún permites que ella vea a los niños?

Harry suspira en cuanto Zayn le hace esa pregunta. Antes de poder responder ambos salen de la sala de juntas y se echan andar hacia su oficina.

—Los niños quieren a Margaret aunque ella no tenga el corazón más blando—contesta—, y que me odie a mí no significa que no quiera a sus nietos.

Zayn no parece estar muy de acuerdo, pero no dice nada más porque sabe que es un tema delicado. Así que en cambio dice algo que sabe que animará a su amigo.

—Hey ¿qué te parece si voy contigo? Sabes que Margaret me ama y así estará concentrada en mí y no en hacer tu vida miserable—sugiere, a lo que Harry accede con rapidez.

—Por favor, mientras menos esté encima de Louis mejor.

. . .

—Entonces Louis ¿Eres soltero?—pregunta la mujer mientras le da un sorbo a su taza de té. Ellio está tomando su siesta y los mellizos  están mirando televisión en la sala. Así que eso los deja a los dos solos.

Louis está claramente nervioso pero se ha mantenido en calma a medida que habla con Margaret, incluso cuando la conversación está llena de preguntas incómodas e indiscretas de parte de la omega.

—Sí señora.

—¿Un omega bonito y joven sin pareja? —pregunta ligeramente sorprendida—. ¿Estás solo porque no atrapas a nadie o porque esperas que un alfa soltero y rico se apiede de ti?

Louis deja la taza sobre la mesa y le da una sonrisa de labios apretados.

—No ¿y usted?

La mujer se queda perpleja ante la respuesta altiva del omega, mirándolo por algunos segundos sin decir nada. Cuando abre la boca para replicarle, las voces y las presencias de los alfas se sienten por el pasillo para luego hacer aparición en la sala. Margaret y Louis voltean hacia donde están los dos hombres saludando a los niños, pero en seguida vuelven a mirarse entre ellos dos.

—Esto no se termina aquí—dice la mujer.

—Oh, no sabía que había comenzado algo señora—contesta con honesta amabilidad. Margaret le mira con los ojos entrecerrados durante varios segundos.

No dice nada más, sólo se levanta de la mesa sin siquiera mirarlo y sale de la cocina para ir hacia la sala, desde donde Harry los observa con cara de preocupación. Louis suspira de alivio en cuanto la omega se aleja de él, pero no se permite disfrutarlo mucho y se pone de pie para también ir con los demás.

i was lost until I met youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora