Capítulo veintiuno

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—Este es el primer día que estamos sin los niños ¿Y de verdad quieres pasarlo así? —pregunta el alfa en tono de queja mientras empuja el carrito de compras. Frente a él, Louis sonríe mientras va tomando cosas de los estantes.

— ¿Y qué más podríamos hacer? —cuestiona, haciéndose el desentendido para molestar un poco al mayor.

—Podemos ir al teatro, a cenar, al cine... Hay miles de opciones Lou, vamos.

Ambos se encuentran en medio del pasillo de los cereales, haciendo las compras juntos tal y como lo haría cualquier pareja. Incluso esa clase de deberes hogareños hacen a Louis feliz de una manera que no sabe explicar.

—Bien, entonces al terminar llevamos esto a la casa y luego salimos ¿Te parece?

Harry ha mantenido una muy mala expresión desde que llegaron al supermercado, expresión la cual a Louis le hace recordar a Ellio, pero al oír las palabras del omega se ríe un poco.

—No me hables como le hablas a los niños —dice divertido mientras se acerca al chico y tira de él para besarlo.

— ¿Y cómo quieres que te hable? Si eres igual de terco.

—Puedo ser incluso más terco que ellos.

—También más necio —agrega y se pone de puntitas para darle un besito.

—Y posesivo.

Louis suspira y niega.

—Definitivamente no sé qué haré contigo —murmura mientras sonríe ampliamente.

—Salir conmigo a un lugar bonito, eso haremos.

—Bien, está bien, pero terminemos de hacer las compras.

Su mañana había comenzado despidiendo a los tres pequeños para que pasaran un día con su abuela. Y aunque Ellio no estaba contento con la idea, era necesario para ayudarlo a trabajar en el apego ansioso que había desarrollado hacia Louis. Por lo tanto, tendrían la casa para ellos hasta el día siguiente, sin que Abby y Edward estén peleándose por tonterías o que Ellio quiera estar sobre el omega las veinticuatro horas del día.

Aun cuando ya tienen varias semanas saliendo no les han dicho a los niños sobre su relación y eso es algo en la que ambos están de acuerdo. Incluso cuando las cosas van de maravillas entre ellos, prefieren seguir trabajando primero en lo suyo antes de tener que involucrar a los niños y que Louis termine de aceptar un compromiso tan grande como lo es ese. Por más que todo sea increíble, que los pequeños lo adoren y que cada momento con el alfa es un sueño hecho realidad, no debe de olvidar que comprometerse con Harry no es sólo hacerlo con un alfa, sino también con sus hijos. No es solamente un hombre soltero, es un hombre viudo, con hijos, con una familia que depende de él y que no puede estar involucrándose con ellos sino está dispuesto a tomárselo realmente en serio.

Louis está bien con la idea y hasta piensa en ello como algo que realmente necesita, pero Harry es el que se muestra más preocupado por el tema.

— ¿Y a dónde se supone que quieres llevarme? —pregunta con interés una vez que ya han salido del supermercado y que las compras se encuentran en el maletero del auto.

—He decidido que será una sorpresa.

—No me gustan las sorpresas —se queja, arrugando la nariz en un gesto que ya Harry conoce a la perfección.

—Pero esta será una buena sorpresa.

—La última sorpresa que tuve fue la de Ellio lanzando mi teléfono por el inodoro.

Harry trata de no reír al recordar ese incidente de dos semanas atrás, pero le resulta inevitable.

—Mira el lado bueno, te compré uno mejor.

i was lost until I met youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora