i was lost until I met you

Capítulo ventiseis

El golpe en la puerta hizo que el omega diese un brinco por el susto y se aferrase con aun más fuerza a su teléfono. Ya había hablado con Harry, ya sabía que el alfa venía en camino y que debía de mantener la calma todo lo que pudiese.
De todas formas, no era la primera vez que se enfrentaba a un alfa agresivo.

El problema era que esta vez estaba en su celo.

—De verdad cariño, abre la puerta, no quiero tener que tumbarla y sacarte de ahí a rastras.

Louis cerró los ojos y se limpió el sudor que caía por su frente. El corazón le latía con fuerza, el miedo le corría por las venas y se sentía impotente. Como un cobarde. No es que pudiese hacer mucho, aquel hombre le superaba en jerarquía y tamaño, de enfrentarsele sólo le facilitaría las cosas. Sería como ofrecerse en bandeja de plata para que hiciera lo que quisiera con él.

Otro golpe y tanto del susto como de la rabia, Louis respondió también con un golpe.

—Oh, así que eres un pequeño agresivo, ya verás que cuando te tome...

Por alguna divina razón, no terminó de escuchar esa frase debido al estruendo que se escuchó al otro. Como una persona empujando a otra.

—Trata de tocar otra vez a mi omega y juro por Dios que voy a asesinarte.

Escuchar la voz de Harry fue como sentir un alivio que nunca antes había experimentado. La sensación de ser salvado o protegido es algo a lo que no estaba acostumbrado pero a lo que fácilmente podría adaptarse.

Otro golpe fuerte y eso volvió a alarmarlo, lo suficiente como para hacerlo salir del cubículo y asomarse a ver la escena.

Harry tenía sometido al otro alfa, quien tenía sangre corriéndole por la nariz y prácticamente no podía respirar por tener su garganta atrapada por aquella mano que Louis conocía a la perfección.

—Harry. —Le llamó, muy nervioso como para si quiera querer acercarse.

—Es mío ¿no lo entiendes? Mi omega, no puedes si quiera querer tocarlo sin que yo piense en arrancarte los dedos uno a uno.

Volvió a azotar al alfa contra la pared y este apenas pudo emitir algún sonido por la presión en su traquia.

Louis no sentía ningún tipo de lastima por ese tipo, pero estaba tan desesperado por irse que necesitaba llamar la atención de Harry como fuese. Así que emitió un pequeño sollozo que como omega sabía perfectamente que ningún alfa, especialmente el suyo, se resistiría. Era ese llamado que de forma natural hacía que los alfas se preocupasen de inmediato por sus omegas.

Como bien sabía, Harry soltó al hombre dejándolo caer al piso y se paró frente a Louis, tomándolo del rostro para asegurarse de que estuviera bien.

—¿No te tocó? —En sus ojos se reflejaba la preocupación y la ira que estaba sintiendo en ese instante.

—No, ni un poco.

Harry suspiró por el alivio y le frotó las mejillas como consuelo.

—Tenemos que irnos —dijo, con voz suave y protectora. Pero antes de moverse hacia la salida, se giró hacia el hombre que yacía en el suelo tosiendo y como si fuese otra persona, alguien que Louis desconocía, lo pateó con fuerza en abdomen y procedió a escupirlo. Entre alfas, Louis sabía que aquello era un gesto de máxima humillación. Es lo que le haces a otro alfa al que consideras menos que nada, como lo último de la jerarquía que regía su mundo.

Jamás se habría imaginado el ver a Harry, un hombre tan dulce y encantador, haciendo algo como eso. Supuso que el odio que debía de sentir hacia aquel alfa lo sobrepasaba.