Min Jaemin es un chico totalmente caprichoso, lleno de amantes y lujos. Siempre vivía de viajes de los más caros posibles. Siempre vivió de esa forma, ya que su padre es dueño de los más lujosos hoteles de Seúl y de varias empresas también.
Jaemin n...
Jaemin caminaba de un lado a otro con su rostro pálido y su mano en su vientre y con la otra la prueba de embarazo. Joder él no podría creer lo descuidado que fue al no usar protección, tenía tan solo 22 años que haría con un bebé formándose en su vientre. No es que le desagrade tenerlo, pero sentía pánico al no tener idea de su futuro, porque él quería disfrutar su noviazgo y futuro matrimonio sin un hijo.
Aunque viendo lo que ya está hecho, no podía hacerse para atrás, tiene que ser responsable y decirle a Sehun que serán padres. Antes, tiene que hablar con Jimin.
Ya se había decidido a decirle la verdad sobre quién es realmente y qué posición tenía en este mundo. Estaba preocupado por su padre, ya que se enfadó bastante con él por lo que hizo. Pero al final lo perdonó, sentía culpa, él provocó esto y tenía que arreglarlo. Por otra parte, ahora lo que más le preocupaba era que ese hombre Jeon Jungkook anunció su compromiso tan repentino con aquella mujer, pensó que él en serio se había enamorado de su hermano, pero vaya que lo superó en un par de semanas.
Maldito.
No quería imaginarse a su hermano destrozado por la noticia, fue su culpa por haber iniciado todo esto. Ahora su hermano gemelo debía sentirse como la mismísima mierda. Dejó la prueba de embarazo a un lado y fue a su habitación a ducharse para salir a donde su prometido, había dos grandes cosas revelar y entre esa su pequeño bebé creciendo dentro de él.
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Taehyung trataba de calmar a su mejor amigo quien no paraba de llorar por lo que él ya sabía. Prácticamente, cuando salió del trabajo miró en las noticias en Naver que Jeon Jungkook se comprometería con Kim Sowon, dueña de empresas de cosméticos.
Le dolió demasiado saber que el amor de su vida se casaría con alguien más. Tenía que admitir que ella era hermosa cuando la miró salir con el de aquel restaurante de lujo, aquel beso que él le dio sin importarle que él le viera y le destrozara el corazón. Era lo menos que se merecía después de mentirle en la cara y burlarse de sus sentimientos. Él sentía que él merecía todo el dolor del mundo y llevar consigo un bebé dentro de él.
—Ya Jimin, no llores más, me duele verte de esta manera —le pidió su mejor amigo, pero no podía evitarlo, le dolía mucho.
El rubio salió de su refugio limpiando sus mejillas llenas de lágrimas con su manga de su suéter, tenía sus ojos demasiado rojos por el llanto. Tae le dio un pañuelo para qué limpiará su carita hinchada.
—Lamento que tengas que verme así TaeTae —le dice tomando un poco de agua.
—Tranquilo, sé que estás pasando por algo demasiado difícil Jimin, pero me duele verte así. Él no merece tus lágrimas por muy egoísta que suene, te olvidó que en solo unas semanas y sé comprometió con alguien más, sin siquiera escucharte por lo menos. Solo te juzgo y crucificó como si no valieras nada.
—Le hice mucho daño Tae... Sé que le mentí, merezco esto.
—Claro que no Jimin —Tomo sus manos mirándolo directamente a los ojos— No lo mereces, lo hiciste por una buena causa ya te lo había dicho y el hecho que él no te haya dado esa oportunidad de explicarte dice mucho sobre él. Tal vez te duela escucharlo, pero tal vez... nunca te amo.
