Está permitido llorar porque es un relato sad así que una vez más tomen su kleenex y sigan bajando, saludos ❤️
1999, (en algún lugar del bosque).
Era una tarde gris, la nostalgia se respiraba por cada rincón del lugar y el cielo estaba casi igual de triste que Mayte, la castaña que tenía la mente y el corazón en el pasado se encontraba sumergida en su tan amado jacuzzi y es que como pretexto del día se había permitido recordarlo, hace mucho que no pensaba en él y cuánto le dolía volver a hacerlo, estaba casada, tenía a su lado un hombre que la hacía sentir segura y protegida pero no era suficiente, el amor que sentía por aquel hombre siempre estaría presente en cada latido y le pesaba darse cuenta.
Fernando: Chiqui -La llamó sacándola de sus pensamientos. Estás bien? -Preguntó mientras se recargaba en la puerta.
Mayte: Fa -Respondió rápidamente limpiando sus lágrimas. Si, sólo... no sé qué me pasa -Mintió.
Fernando: No te esfuerces por descubrirlo, mejor relájate y meditalo -Se acercó a ella y acarició sus hombros.
Mayte: Eso voy a hacer -Suspiró mientras cerraba los ojos.
Fernando: Tengo que salir -Dijo soltando sus hombros. Vas a estar bien si te dejo sola? -Preguntó a sus espaldas.
Mayte: Si, no te preocupes por mí -Asintió mientras se recostaba en la tina.
Sin decir más Fernando se fue y al escuchar la puerta cerrarse Mayte se relajó, volvió a meterse en su estado de nostalgia y dejó que su mente siguiera recordando a aquel hombre que todavía le hacía eco.
Flash back...
1996, CDMX.
Era mediados de noviembre, Mayte se encontraba viendo la televisión recostada en la sala del departamento en el que ahora vivía con su esposo, era una tarde bastante tranquila y la castaña se encontraba descansando después de tener el festejo de cumpleaños más largo que había tenido, ese fin de semana Fernando estaba fuera de casa debido a que tenía asuntos importantes de trabajo que atender así que Mayte estaba completamente sola, a veces necesitaba estarlo para encontrar sus momentos de paz así que no le pesaba, estaba pasando una tarde bastante a gusto hasta que recibió una llamada totalmente inesperada, no conocía el número pero su curiosidad fue tanta que decidió responder, su mundo una vez más se salió de órbita cuando escuchó la voz de la única persona que ponía toda su vida de cabeza cada vez que pasaba por ella.
Mayte: Manuel? -Preguntó para estar segura.
Manuel: Si, soy yo, May -Asintió.
Mayte: Que sorpresa -Dijo mientras se sentaba en el sillón. Perdón pero no tenía tu número registrado -Dijo mientras pasaba una de sus mano por su cabello.
Manuel: Si supe que cambiaste de número -Le hizo saber.
Mayte: Perdí el anterior -Mintió.
Manuel: Ha pasado tanto desde la última vez que te vi y no ha sido fácil localizarte -Dijo con tristeza.
Mayte: Mucho -Asintió dándole la razón. Pero es que teniendo cada quien su vida es difícil coincidir igual que antes -Dijo con un nudo en la garganta.
Manuel: Si verdad -Sonrió con cierto nerviosismo.
Mayte: Supe que vas a casarte -Le hizo saber. Y te felicito -Dijo sintiendo como se abría un enorme hueco en su estómago.
Manuel: Si, todo el mundo está hablando de eso -Suspiró. Pero no importa ahora -Dijo serio.
Mayte: Estás bien? -Se preocupó por tu tono de voz.
