"La cima del cielo"

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Hola, espero que les guste esto :)

Después de dar por terminado todo Manuel Mijares estaba saliendo de su casa completamente destrozado, esa noche sus hijos y Lucero no estaban, habían acordado que así sería para evitar discusiones o que los pequeños se alarmaran, estaban a pocos días de firmar el divorcio, ya no tenían que seguir aparentando que todo estaba bien, una separación siempre era amarga y dolía profundamente, pero no se arrepentía de la decisión que había tomado pues era lo mejor para ellos y para sus hijos, de pronto se vio sin nada, ya no tenía una familia, tampoco un lugar en el que quedarse y no quería acudir a sus hermanos, al salir del elevador caminó hacia donde estaba su auto y subió sus maletas a la cajuela.

Manuel: Auch! En estas maletas va toda mi vida -Dijo mientras cerraba la cajuela del auto. Se acabó, Manuel -Dijo tratando de hacérselo entender de una vez por todas.

Observó por última vez el lugar en el que había vivido los últimos años y sin más tortura subió al auto, condujo sin saber que rumbo tomar pues no tenía idea de qué quería hacer o a dónde ir, alrededor de 40 minutos más tarde y con la mente un poco más clara Manuel se detuvo frente a la casa de la única persona que sabía que no iba a hacerle preguntas y con quien se podría sentir seguro en esos momentos, sin darle más vueltas al asunto se bajó del auto y se encaminó al lugar en el que ella vivía, por su parte Mayte se encontraba recostada en el sillón de la sala leyendo un poco hasta que fue interrumpida por el sonido de la puerta.

Mayte: Quién será a esta hora? -Se preguntó mientras veía el reloj que estaba en la pared de la sala.

Con un poco de duda Mayte dejó su té a un lado y se levantó del sillón para ver quién tocaba a su puerta.

Mayte: Quién es? -Preguntó después de intentar inútilmente ver por la mirilla de la puerta.

Manuel: Maytis, soy yo, Manuel -Respondió.

Mayte: Manuel? -Preguntó completamente sorprendido pues tenía un par de meses sin saber de él.

Manuel: Si, puedes abrirme, por favor? -Le preguntó.

Mayte se echó un vistazo rápido y se dio cuenta de que sólo llevaba puesta una de esas camisas flojas que usaba para dormir, cubría exactamente hasta la mitad de sus muslos y no llevaba sostén, aunque la camisa le quedaba lo suficientemente grande para disimular la desnudez de sus senos no se sentía cómoda estando así con él, se lo pensó un par de segundos y decidió que tardaría mucho en ir hasta su habitación para cambiarse de ropa así que decidió abrirle.

Mayte: Hola -Lo saludó. Que haces aquí? -Preguntó con curiosidad.

Manuel: Yo... No sabía a dónde más ir -Dijo sinceramente mientras entraba al departamento.

Mayte: Estás bien? -Le preguntó al notar la tristeza en su mirada.

Manuel: La verdad es que no -Negó con los ojos llenos de lágrimas.

Mayte: Gordo, hueles a alcohol -Dijo preocupada.

Manuel: Se acabó -Le dijo. Ya nos separamos ahora si -La miró.

Sin preguntar nada más Mayte abrió sus brazos y Manuel tomó la invitación, ella lo estrechó en un abrazo de consuelo y su amigo comenzó a llorar sacando el dolor que le presionaba el pecho, apretó la cintura de Mayte como si quisiera aferrarse a ella y que nunca lo soltara, ella acarició su cabello mientras le decía que todo iba a estar bien y que estaba ahí con él.

Mayte: Te sientes mejor? -Preguntó cuando él se separó de ella.

Manuel: Si, gracias -Asintió. Nunca creí que los abrazos pudieran tener el poder de curar -Suspiró.

Siempre MaynelWhere stories live. Discover now