Parte ✌🏻 de San Miguel de Allende.
Después de aquella noche tan espectacular ninguno de los dos llegó intacto al amanecer, al sentirse tan en calma entre sus brazos se dejaron vencer por el sueño y descansaron como hace mucho no lo hacían, el primero en despertar fue Manuel y al abrir los ojos se encontró con una imagen que le removió muchas cosas, no sabía que era, pero le removió algo, la imagen era nada más y nada menos que una Mayte con el rostro relajado, la espalda desnuda y el cabello revuelto, de pronto unas enormes ganas de querer ver esa imagen muchos amaneceres más lo invadió.
Manuel: Buenos días, Maytis -Susurró mientras acariciaba su espalda. Ya es hora de despertar -Besó su hombro y detuvo su mano al final de su espalda.
Al sentir sus caricias y sus besos Mayte sonrió, despertó poco a poco y se acurrucó más hacia él para comprobar que no era un sueño, que él estaba ahí y que todo lo que había pasado la noche anterior era realidad.
Mayte: Buenos días, gordito -Susurró mientras besaba su cuello.
Manuel: Te debo un amanecer -Bromeó para romper el hielo.
Mayte: Me lo voy a cobrar un día de estos -Se rió.
Manuel: Cómo amaneciste? -Preguntó mientras acariciaba su mejilla.
Mayte: Feliz -Lo miró. Pero llena de dudas -Admitió. Y miedo -Dijo seria.
Manuel: Te entiendo -Suspiró.
Mayte: Que fue esto que pasó? -Suspiró. Nos dejamos llevar por el alcohol o en el fondo si sabíamos lo que hacíamos? -Preguntó llena de dudas
Manuel: Yo tampoco lo tengo claro -Negó. Solo sé que tenía muchas ganas de que sucediera y no me arrepiento, no me arrepiento de absolutamente nada -Le aseguró. Tú si? –Preguntó con miedo.
Mayte: No, por supuesto que no me arrepiento, pero estoy muy confundida -Lo miró.
Manuel: Estamos en el mismo camino, pero… sientes esto? -Preguntó mientras ponía su mano sobre su pecho.
Mayte: Si, lo siento -Asintió.
Manuel: Que sientes? –La miró directamente a los ojos.
Mayte: Siento tu corazón latir con fuerza -Dijo seriamente.
Manuel: Eso pasa cada vez que te veo, cada vez que escucho tu voz nombrarme y cada vez que tu risa resuena por mis chistes tontos -Sonrió. Y no sé a qué se deba, pero no lo quiero dejar de sentir -Dijo sinceramente.
Mayte: Yo tampoco quiero dejar de sentir todo lo que me provocas Manuel -Suspiró.
Manuel: Que es lo que te provoco? - Preguntó con curiosidad.
Mayte: Mariposas incontrolables en el estomago -Sonrió. Muchos nervios, me emociona escuchar tu voz o simplemente cruzarme con tu mirada -Le confesó. Parezco una niña -Negó un poco avergonzada.
Manuel: Entonces es un buen amanecer -Besó su frente. Simplemente vamos a dejarnos ser -Acarició su espalda.
Mayte: Estamos locos, sabes? -Se rió.
Manuel: Siempre lo hemos estado -Sonrió.
Mayte: Buenos días -Susurró sobre sus labios.
Manuel: Muy buenos días -Dijo mientras atrapaba sus labios en un beso lento.
Mayte siguió el ritmo de sus labios y se perdió en él cuando sus lenguas hicieron contacto, ninguno de los dos tenía la menor idea de a donde los iba a llevar todo aquello, pero no iban a detenerlo, después de un largo beso de buenos días ambos se separaron y no dijeron nada, solo se quedaron mirando mientras se sonreían, al ver la hora que era en el enorme reloj que estaba en la pared Mayte se sentó de golpe en la cama y se tapó con las sábanas mientras buscaba su pijama con la mirada.
