Había sido una semana bastante agotadora para Mayte, se encontraba en la soledad de su hogar y estaba pensando en lo que iba a cenar, ese día Mica no había podido quedarse con ella así que tenía que arreglarselas con lo que tenía en el refrigerador, hace apenas unos cuantos minutos que había salido de su tina, cuando quería pensar largo y tendido solía meterse horas a su lugar de paz, desde el lunes se había quedado pensando en sus palabras "Manuel no es el amor de mi vida, yo no miento, de verdad se los prometo" y vaya que había mentido, llevaba casi la mitad de su vida diciendo que aquel hombre era el amor de su vida y que sin dudarlo se lo llevaba para la próxima vida.
Tal vez la presión de que hablara del tema o de que ya no hablara del tema la habían hecho actuar así, no era fácil poder controlar las cosas cuando de ese tema se trataba, "Si supieran que hay otro hombre más importante que Manuel en mi vida, no me lo creerían" se había atrevido a decir y ahora se arrepentía, ¿De verdad alguien se lo había creído?, por supuesto que no había ningún otro hombre, Manuel siempre había sido el único amor de su vida, aunque la historia hubiera terminado en lo que todos ya sabemos.
Mayte: Ya basta -Bufó. Ya lo dijiste, Mayte -Dijo mientras se miraba en el espejo que tenía en la sala. Ya que puedes hacer? -Suspiró mientras alzaba los hombros.
Antes de seguir hablando sola la Lascurain decidió mejor poner algo de música e irse a la cocina para servirse cualquier cosa de cenar, cómo si la vida estuviera en su contra después de un par de canciones escuchó la voz de Manuel y Fela entonando a dueto "Hasta que me olvides", se dejó envolver por la melodía y cerró los ojos mientras pensaba en él, su corazón reconocía perfectamente la emoción que sentía cada que algo se trataba de él.
Mayte: Que belleza de canción -Sonrió una vez que abrió los ojos. Yo creo que con esto voy a quedar satisfecha -Dijo viendo la fruta que había servido en su plato.
Después de guardar los trastes en los que Mica había dejado picada la fruta Mayte tomó un vaso de agua y se dirigió a la sala, encendió la televisión y se sentó en su sillón para ver el primer capítulo de la nueva serie que le habían recomendado, esas ya no eran horas de estar despierta para ella, pero no había logrado poder dormirse temprano.
Mientras Mayte cenaba le puso suma atención a la televisión, la serie la había atrapado a la mitad del primer capítulo y decidió ver un par más, era casi media noche cuando escuchó el sonido del timbre sonar, al principio se sorprendió y después se asustó pues no esperaba a nadie y mucho menos a esa hora, tal vez podría ser algún vecino o algún chiquillo grosero que le estaba jugando una mala broma.
Mayte: Quién es? -Preguntó antes de abrir.
Al escuchar su pregunta la persona que estaba detrás de la puerta tocó dos veces más, parecía como si le estuviera respondiendo a golpes y Mayte se quedó confundida pues no entendía nada, con todo y su miedo decidió abrir la puerta pues le ganaba la curiosidad de saber quién estaba llamando a su puerta a esa hora.
Mayte: Tú? -Preguntó completamente sorprendida.
Manuel: Yo -Asintió. Así que ahora no soy el amor de tu vida? -Le preguntó.
Mayte: Manuel -Tartamudeó. Que haces aquí? -Le preguntó. Y por qué sabes eso? -Le preguntó un poco confundida.
Manuel: Yo pregunté primero -Dijo mientras caminaba hacia adentro de la casa.
Mayte: No son horas -Dijo bastante nerviosa mientras retrocedía.
Manuel: Pues para no ser horas te veo muy despierta -Dijo mientras se acercaba a ella.
Mayte: Oye, yo no te invité a entrar -Dijo mientras se cruzaba de brazos.
Manuel: Pero yo soy un entrometido muy simpático -Se rió. No me vas a responder? -Le preguntó.
