CAPÍTULO 96: Nueva enemiga detectada: La triceratops

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Ashley: ¿Eh? Pe... pero... ¿Qué acaba de pasar?

Ashley me miró confundida en busca de alguna respuesta, pero solo me encogí de hombros haciendo que ella se fuese de vuelta a la cocina aún confundida.
Mientras que esperaba a mi comida, estaba echada en la mesa aburrida, pensando mientras que miraba y tocaba las iniciales grabadas que había en esta. ¿Habré elegido lo mejor? ¿De verdad vale la pena perder a dos amigos por tal de descubrir un secreto?
Pero lo que más me rondaba en la mente, la pregunta que me hacía una y otra vez y que no le daba ninguna explicación era... ¿Qué fueron aquellos ruidos que escuchamos en los túneles? ¿Quién o qué los hacía? Eso es... preocupante.

Lucy: Aquí tienes pequeña White, una tarta de queso con sirope de fresa. Invita la casa.

Lucy me entregó la tarta y enseguida me puse a comer.

___: Mejor... ni traje la cartera.

Creo que me escuchó ya que ella se estaba yendo ya, pero enseguida paró, se volteó y vino hacia a mí de nuevo, pero yo no la miré, yo seguía comiendo mi tarta. Me da miedo mirarle a los ojos, esta mujer cuando se enfada da más miedo que Sam.

Lucy: ¿Y con qué me ibas a pagar jovencita?

Por el rabillo del ojo vi como puso las manos en las caderas y se apoyó todo el peso en la pierna derecha.

___: Emmm... pensaba pagártelo con... ¿un abracito? ¿O regalarte a mi esclavo Alex?

Lucy se cruzó de brazos mientras que elevaba una ceja, pero acabó por relajar la postura y reírse cuando escuchamos al bicho palo de su hijo gritar desde la barra donde estaba secando los vasos con un trapo y posicionándolos en los estantes.

Alex: ¡No soy tu esclavo, niña!
___: ¡A callar chismoso, pareces una viejecilla cotilleando!

Alex me miró mal mientras que murmuraba cosas, mientras que su madre sonrió de lado, rodó los ojos y se fue, yo por mi parte seguí comiendo mi tarta gratis. Como no tenía nada que hacer y me estaba empezando a aburrir, decidí ayudar un poco a Seth.

___: ¡Eh Ashley! ¿Puedes venir un momento?

Ashley dejó lo que estaba haciendo y vino hacia la mesa donde estaba y se me quedó viendo confundida.

Ashley: ¿Qué pasa?
___: ¿Puedes sentarte conmigo unos minutos? Estoy aburrida y quiero hablar contigo.
Ashley: Pe... pero... estoy ocupada.
___: Que se apañe el idiota de tu primo.
Ashley: Pero...
___: ¡Eh Alex!

Grité, no tan fuerte obviamente, pero sí lo suficiente como para que el bicho palo de Alex me escuchase, lo cual hizo me respondió de vuelta con el mismo tono.

Alex: ¡¿Qué quieres ahora?!
___: ¡Ocúpate de lo que tenga que hacer Ashley, voy a hablar con ella!
Alex: ¡Tú no me mandas pitufina pálida!
___: ¡A callar engendro humanoide!
Alex: ¡Cállate tú, enana desquiciada!
___: ¡No me da la gana, aborto de la naturaleza!
Alex: ¡Te voy a...!
___: ¡Lucy! ¡Tú hijo me está insultando!

Los dos pudimos escuchar de fondo, desde la cocina del restaurante como Lucy gritaba.

Lucy: ¡ALEXANDER STONE!
Alex: Mierda...
Lucy: ¡VEN AQUÍ! ¡AHORA!

Alex bufó, chasqueó la lengua, murmuró, me miró mal y hasta dio un par de berrinches y pataditas contra el suelo antes de ir hacia la cocina donde se encontraba su madre donde pudimos escuchar como le regañaba y como él se quejaba como un niño pequeño.

___: Como me encanta molestarlo.
Ashley: Emmm... ¿y de qué quieres hablar?

La agarré del brazo e hice que se sentara para así poder hablar con ella. Ella en todo momento mantuvo la postura firme y las manos juntas en su regazo, me recordaba a las típicas películas donde las mujeres en los años 40 o por ahí debían de ser "señoritas", postura firme, manos juntas, piernas juntas, risa leve, tranquila, delicada... Ashley Stone parecía de otra época, y a Seth eso le resultaba adorable. Ellos dos eran la amabilidad y ternura en persona, demasiado azúcar para mi gusto, y es por eso que Seth Clearwater y Ashley Stone están hechos el uno para el otro.

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