ENAMORADA DE UNA PRINCESA

2-España

Por fin llegamos al aeropuerto de Edimburgo, el tráfico de día lunes es un asco.
Escucho el llamado de nuestro vuelo, Catalina no se lo podía creer cuando le dije que quería que me acompañara, casi le dio un desmayo de la impresión, no deja de agradecer lo feliz que está por ser parte de esta aventura, solo quiero que sea la mejor.

Subimos al avión, nunca lo había echo sola, siempre viajamos en familia y en el jet privado, es mucha emoción para un solo viaje.

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Llegamos a Sevilla, estamos con nuestra maleta en mano bajando las escaleras mecánicas, mi padre nos contrató un chófer privado, nos tiene que hacer caso en todo, es obvio que le dijo que nos tenía que tener vigiladas, pero le tengo una propuesta mejor.
Se estaciona un carro ante nosotras supongo que es el nuestro, quedo sorprendida al ver a un chico aproximadamente de nuestra edad, es muy guapo, debe medir por lo menos 1.90, es súper alto.

-Princesa Andrea?.- me analiza dudoso.

-Por favor ni se te ocurra llamarme princesa, aquí solo soy Andrea.- intento decirlo amable.

-Disculpe no quise.

-Tranquilo chico.- interrumpe Cata.- No te va a matar, ni menos te va a dejar sin empleo, es la cabrona más humilde que conozco.

Me río para mis adentros. Vamos al hotel Eurostars de acá de Sevilla según lo que vimos es bastante bueno.

-Como te llamas?.- bajo la ventanilla del auto.

-Soy Lucas señorita Andrea.

-Querido Lucas solo dime Andrea, tratame como a una amiga.

-Es que su padre me dijo que la tenía que tratar como lo que usted es, una princesa.

-Mi padre nada, estoy arta de eso.

-Ya sabes Lucas, la tenemos que tratar como una más de nosotros, bienvenida al mundo real.- toca mi frente con su dedo índice riendo.

Desde que salimos de Inglaterra que Catalina me está tratando de igual a igual y es genial, me ha echo reír bastante, cada vez que me maquilla es seria y habla lo necesario, pero ahora es diferente.

Dejo que el viento revuelva mi cabello, es una libertad incomparable, las calles son hermosas, bastantes culturales la verdad tienen un toque artístico muy bonito de admirar y tomar fotos.

Estaciona el auto enfrente del gran hotel, nos ayuda con nuestras maletas hasta llegar a la habitación que está en los últimos pisos, tenemos una hermosa vista de la ciudad en 180°.

-Lucas ya es medio tarde, nos podrías llevar a una disco porfa.- pone cara de perrito.

-No creo que sea conveniente, deberían descansar.

-Si no nos llevas tú, vamos a ir en taxi y quizás nos puede pasar algo.- me cruzo de brazos con mi mirada desafiante.

Se afirma en la puerta echando su cabeza hacia atrás.

-Supongo que no tengo otra alternativa, las espero abajo.- se nos pierde de vista.

Cata se lanza a la cama mordiéndose el labio, me mira coqueta y hace que me acueste a su lado.

-Te gusta él?.

-Qué?.- levanto mis cejas.- Claro que no, es muy guapo pero no es mi estilo.

-Si es así, yo me lo voy a ligar, me movió el piso en el instante que lo vi.

-Como sabes que te "movió el piso".

-Porque lo deseé, me puse algo nerviosa, más torpe de lo normal, te dan ganas de abalanzarte sobre él.