꧁Capítulo 9꧂

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"Momentos inolvidables y perfectos"

Alice

Dormía cómodamente en mi cama, no podía ser más feliz, estaba muy cómoda de verdad, hasta que siento un movimiento brusco y hace que me caiga al suelo.

—Mierda —susurré.

Cuando me levanté lo primero que vi fue a un Vidal más despeinado de lo normal, en sus ojos había miedo y claramente nervios.

—¡Alice Miller! —gritó mi madre —No volveré a hablar otra vez, abre la maldita puerta, nunca te encierras con seguro.

—Ya voy mamá, estaba dormida —contesté.

—¿Qué hago? —preguntó Vidal.

—Si te ve aquí nos mata —susurramos —Escóndete en el baño, esperaré a que se vaya y luego nos vamos.

—Está bien.

Lo guíe al baño y salí de la habitación encontrando a una madre enojada.

—¿Por qué no habrías? —bajamos a la sala.

—Lo siento, estaba durmiendo —la notaba extraña —¿Pasó algo?

—Si pasó algo, Pamela me llamo y dice que Vidal no está por ningún lado de la casa —ok esto es malo muy malo, ¿verdad? —¿Tú lo has visto o hablaste con él?

—Eh... No claro que no, recién me levanto —no sé cómo saldremos de esta.

—Bueno me voy al trabajo —un peso menos —Cualquier noticia de Vidal me avisas inmediatamente.

—Sí señora —creo que no es momento de bromas.

—Alice...

—Perdón, yo te aviso cualquier cosa mamá —me dio un beso.

—En el microondas te deje el desayuno.

—Gracias ma —dicho eso se fue.

Subí a mi habitación casi como flash y Vidal seguía en el baño.

—Vidal —toque la puerta.

—¿Ya se fue? —preguntó del otro lado de la puerta.

—Si se acaba de ir —abrió la puerta.

—Menos mal.

—Pero hay un problema.

—¿Qué cosa?

—No les avisaste nada a tus tíos ayer, Pamela llamó a mi mamá y le preguntó si no sabía en dónde estabas.

—Eso se me pasó por alto, nunca había salido de la casa solo —se agarró el cabello —Me van a matar.

—Tranquilo solo hay que pensar en un plan y ya.

—Creo que es mejor que regrese a casa —pienso lo mismo.

—Si es mejor, yo te acompaño y hablaré con Dylan.

—Si está bien, ¿Pero no vas a desayunar? —preguntó preocupado.

—Ahora no tengo hambre, después vemos eso.

—De acuerdo.

Pedí un taxi y fuimos directo a la casa de Dylan.

—¿Qué les digo?... —sonaba realmente preocupado, en parte fue culpa de los dos, se nos fue el tiempo hablando de cualquier cosa interesante y no vimos la hora.

—Diles que saliste a caminar temprano por el vecindario y que te encontré.

—Buen plan —caminamos a la entrada y Vidal tocó el timbre, Pamela abrió la puerta con los ojos rojos.

Amor Surgente © ✔️Where stories live. Discover now