꧁Capítulo 18꧂

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"Recuerdos con sabor a la amargura"

Alice

Entre a la cabaña y fui directo a la habitación, recogí mi maleta y bajé con ella de regreso. Yo soltaba furia por los poros, simplemente no puedo creer todo esto. Llegue a la primera planta y los traidores venían entrando.

—Alice... —hablo Dylan y su mirada se dirigió a la maleta en mi hombro —Bella no te vayas —en su rostro podía ver suplica.

—¡No soy tu bella joder! —mi gritó fue tan fuerte que los demás se despertaron.

—¿Por qué los gritos? —Harry se levantó del sillón y se acercó, por otro lado, Cata se quedó sentada junto a Vidal.

—¿Qué pasa? —Tyler también caminaba hacia nosotros.

Tyler...

También engañaron a Tyler.

—Chicos hablen, ¿Qué pasa? —preguntó de nuevo, casi exigiendo respuestas. No sabía cómo se iba a tomar todo esto.

Lo tenía que decir —Pasa que... —volteé a ver a Emma y ella negaba con la cabeza, yo no iba a ser parte de esta mentira.

—Alice por favor —suplicó Emma.

—Alice nada —la callé, mis lágrimas estaban de nuevo en mi rostro, ellos también lastimaron a Tyler y él es un gran chico —Pasa amigos que Dylan y Emma —hice una pausa para inhalar aire —Nos han visto la cara de estúpidos a Tyler y a mí, no se desde hace cuánto se han estado revolcando y yo lo acabo de descubrir —lo solté y mi rostro de nuevo no transmitían nada, nada, solo lágrimas.

—¿Qué? —pronuncio a penas un Tyler sorprendido y en shock —¿Eso es cierto Emma? —Tyler se acercó a ella.

—Tyler...

—No puedo creerlo Emma —negaba con su cabeza y sonreía a la vez, acariciaba su mandíbula con la mano —Al final resultaste ser la zorra que decían que eras.

—¡No la insultes! —Dylan se metió a defenderla.

—¡Tú no te metas! —le regreso el gritó —¡Los dos son iguales!

La sala estaba en silencio ya nadie decía nada, toda la diversión y la amistad que había en la mañana se fue al carajo.

—Me voy... —camine hacia la salida —Ni se les ocurra seguirme.

Salí de la casa y ese frío se pegó de nuevo a mi cuerpo. Sentía mi cara roja de la rabia y de las lágrimas, porque esto si me dolía demasiado. En la cabaña se empezaron a escuchar gritos, ya no me importaba lo que pasara ahí dentro. Nada valía la pena ya.

—Alice... —escuché su voz y me detuve —Solo espera.

Mi ángel.

—Vidal —me volteé y él estaba recostado en la pared con su maleta en el hombro —¿Cuándo saliste de la casa? —sollocé.

—Desde que te escuche entrar a la casa llorando, sentí que nada estaba bien —me acerque a él —Y bueno la maleta nunca la subí a la habitación, después de lo que dijiste supuse que te querías ir y solo te espere.

—Gracias —le dije llorando de nuevo.

—No llores —se acercó a mí y seco mis lágrimas con sus pulgares.

—Es que... no lo puedo creer —en mi pecho sentía un fuerte dolor, ellos me apuñalaron por la espalda y no les importo —Los he apoyado a ambos en todo, en todo y así es como me pagan.

Amor Surgente © ✔️Where stories live. Discover now