꧁Capítulo 41꧂

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"Todo salió muy bien.
¿Qué digo bien?
Salió más que bien"

Alice

Me encontraba acostada en el sillón que estaba en la habitación de Vidal. Aun no se ha despertado y para matar el tiempo estoy leyendo un libro. Son casi las seis de la tarde y si sigue dormido después de esa hora Edgar lo revisara.

—¿Todavía no despierta? —Ross entro a la habitación con dos vasos de café.

—No —voltee a ver la cama donde él estaba —Y eso me preocupa.

—No te apresures, solo debemos de esperar un poco más —se sentó a la par mía y me dio un vaso.

—Solo quiero que despierte —le di un sorbo al café caliente —Esta muy bueno.

—Sé exactamente como te gusta —me guiño un ojo.

—Es bueno recordar todavía las cosas —sonreí.

—Ángel... —se escuchó la voz ronca de Vidal.

Voltee a verlo y se movía, me levante de inmediato para ir con él.

—¿Estas bien?, ¿Cómo te sientes?, ¿Te duele algo? —arroje el montón de preguntas.

—Tranquila —hablo a penas —Estoy bien, me siento de maravilla y lo único que me duele son los ojos, pero es por la operación.

—Iré a llamar a Edgar —hablo Ross y solo asentí.

—¿Funciono? —me pregunto.

—Al parecer si —conteste.

—¿Si? —pregunto de nuevo —¿Entonces podré ver de nuevo?

—Edgar me dijo que la operación fue un éxito y sin ninguna complicación. Entonces cuando te quiten esa venda de los ojos podrás ver de nuevo.

—Estoy feliz —podía ver que sus labios formaban una sonrisa acompañada de sus dientes perfectos.

—También estoy feliz, aunque Pamela me dio un tremendo susto.

—¿Porque?

—Cuando me vino a dar la información ella estaba llorando y me asuste demasiado —tome su mano —Solo pude pensar lo peor.

—¿Qué había muerto? —lo pregunto sin más.

—Exacto, en ese momento me sentí... —cerré mis ojos, solo de pensarlo me dolía el alma.

—Oye —apretó mi mano —No me paso nada, aquí estoy. Y para que lo sepas no te desharás tan fácil de mí.

Solté una risa —Eso espero, porque tampoco de desharás de mi —me senté en la orilla de la cama y me acerqué a sus labios para poder besarlos.

Pude sentir que sus labios estaban secos cuando los besaba y toda esa durase fue desapareciendo cada vez que los succionaba. Sentí que no lo había besado desde hace años, pero en realidad solo fueron unas cuantas horas. Y él termino el beso mordiendo mi labio inferior, jalándolo hacia él.

—Te amo Alice —susurro en mis labios —Y gracias por quedarte conmigo.

—Sabes mi amor que me quedare siempre a tu lado —le di un beso de pico.

Al terminar nuestro bello momento la puerta de la habitación se abrió, dando paso a Edgar y a los tíos de Vidal.

—La verdad ya me habías preocupado Vidal —hablo Edgar.

—¿Porque? —pregunto inocente.

—No despertabas y eso en cierto punto puede ser peligroso. Pero la operación salió bien, todos tus signos vitales están normales.

Amor Surgente © ✔️Where stories live. Discover now