꧁Capítulo 26꧂

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"El perdón puede liberar tu alma atrapada en la oscuridad"

Alice

Hay veces que te encuentras en el momento indicado, tranquila, relajada y sientes que estas acostada en las nubes. Quizá estés en el quinto sueño, pero la triste realidad es que el despertados suena a la par de tu oído.

—¡Diablos! —me levante de la ricura de mi cama para poder apagar la alarma.

De esta manera iniciamos el día sábado, el día en que el tormento volverá a mí.

Me levante de prisa, directo a la ducha; a decir verdad, fue un baño muy rápido, como de cinco minutos. Salí y me coloque la ropa que deje preparada la noche anterior, para no atrasarme.

Me maquille lo básico para no parecer un muerto viviente y me coloque mi abrigo. Revisé la hora en mi teléfono y falta media hora para que el avión de Ashton aterricé, según le comento a mi madre llega a las nueve de la mañana.

El teléfono en mis manos empezó a sonar.

—Ya estoy aquí afuera —me indico Harry.

—Ahora salgo —le indique y corte la llamada.

Tomé las llaves de la casa, mi billetera y salí del lugar. El auto de Harry me estaba esperando, abrí la puerta y entre.

—Hola —lo salude con un beso en la mejilla.

—¿Te agarró la tarde? —me preguntó con una cara chistosa.

—Algo así, pero me di prisa —me defendí.

—¿Iremos por ellos?

—Sí vamos.

Mi nuevo hermano hizo el recorrido hasta llegar a la casa de mi Vidal, me baje para poder ayudarlo a subir y me quede con él atrás.

—¿Tienes frío? —sobe su brazo.

—Un poco, ya se acerca el clima frio, ¿verdad?

—Ya casi ángel.

El recorrido a casa de Cata fue corto y ella tomo el lugar de copiloto.

—¡Buenos días linduras! —entro saludando, me encanta la actitud de mi hermosa amiga.

—Hola —me levante del asiento y me acerque a ella para darle un beso en la mejilla.

—Bueno, ¡Vamos por el ogro! —dijo ella y el auto siguió su destino.

De acuerdo que, si me siento mal por hablar así de Ashton, porque mis amigos piensan que él es lo peor. Pero yo lo recuerdo así, solo pido que sea un recuerdo erróneo y todo marche bien.

Bajamos del carro y entramos al aeropuerto, había gente por todos lados, entrando y saliendo del lugar, con muchas maletas y pocas maletas; familias felices para irse de vacaciones y personas que se encuentran solas haciendo las mismas actividades.

Llegamos al lugar donde los pasajeros salen del avión y nos sentamos a esperar.

—¿Sabes cómo es? —la voz de Vidal llegó a mis oídos.

—No —era cierto, no veía a mi primo desde los siete años.

A estas alturas debe de ser completamente diferente.

—¿Y cómo se supone que él sabrá que eres tú? —mi madre me dijo ve por él y eso hice.

—Ya veremos, solo relájense —me acomode en mi asiento —Si no lo encontramos pues nos vamos.

Amor Surgente © ✔️Where stories live. Discover now