Mientras tanto...

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WenGuJi y MeiSu tuvieron que quedarse a limpiar el desastre que sus generales habían causado.

Ambos ya se imaginaban que habían escapado en un intento de cazar primero a la criatura.

MeiSu soltó un suspiro a la par que recogía pesados trozos de muro caído de un templo cercano.

— Esto será difícil si solo somos tu y yo. — aseguro viendo a WenGuJi a la par que se limpiaba el sudor de la frente.

— Lo será, — acepto — podemos pedir ayuda a los demás discípulos de nuestros santuarios.

— ¡Esa es una buena idea! — dejo de lado lo que estaba haciendo y poniendo un brazo al rededor del cuello ajeno pregunto — ¿Vamos?

El hombre aún aprisionado en los brazos ajenos solo asintió dejando recargada en una pared cercana la escoba en sus manos y ambos caminaron hacia sus respectivos palacios.

Apenas habían logrado avanzar unos cuantos metros cuando una burlona voz les llamo.

— No se estarán escapando, ¿Verdad?

Quien preguntó fue el general Ming Guan, ambos voltearon hacia la dirección de dónde provenía la voz.

Sin darse cuenta estos dos ayudantes habían estado siendo vigilados por el general Pei Ming y, si había estado observando todo desde su ubicación en el techo de un palacio al costado, eso significaba que él pudo ver justo el momento del escape de los generales.

— No, no haríamos eso — respondió MeiSu en seguida.

— ¿En serio? Bueno, creo que confío más en ustedes que en sus generales, — respondió bajando del techo en un salto — después de todo ellos necesitan aclarar sus cabezas y pasar más tiempo juntos~. — les guiño el ojo de forma ¿Coqueta?

La confusión se planteó en el rostro del par, no entendían nada de lo que Pei Ming estaba diciendo, pareciendo que él sabía cosas que ni ellos, estando día a día tan cerca de los dos, sabían.

— Solo iremos por más discípulos para ayudar a reconstruir la ciudad. — Hablo de manera tajante WenGuJi.

— Entonces no los detengo, — se hizo a un lado cediendo el paso.

MeiSu no confiaba en él hombre, sabía bien que de los tres tumores él era el más "decente" de los tres, siendo solo un promiscuo mujeriego incontrolable pero aun así no podía bajar la guardia delante de él.

Así que, en un reflejo, tomo de la cintura a WenGuJi haciéndolo caminar más rápido.

El general los observó desde atrás.

— Ho ho.


•••


— ¿Podrías soltarme? — pregunto WenGuJi aun apresado contra el cuerpo ajeno.

— Oh, claro, — un pequeño rubor se formó en sus mejillas a la par que lo soltaba — lo siento.

— No te preocupes.

Llegando al lugar donde ambos palacios operaban se separaron con una ligera inclinación de cabeza y entraron a sus respectivos santuarios.


Al entrar MeiSu no se sentía cómodo o bajo control, vio a todos los demás discípulos trabajando en la recolección y posterior archivo de las oraciones, esta vista de algún modo lograba calmar su cabeza.

Serendipia. [Mu Qing x Feng Xin] {TGCF}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora