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En toda la noche no pudo pegar el ojo, aún no creía la dirección que había tomado la conversación y se negaba a admitir que en todo momento su pecho no paraba de palpitar recordando cada palabra dicha por Feng Xin, recordando el roce de sus labios y la humedad que quedaba al final.

¡Ese había sido su primer beso!

Claro que en algún momento pensó en querer tenerlo, en tener alguna novia, pero con su personalidad tan solo nadie quería acercarse a él, y después de escoger su cultivo, esa opción ya no estaba abierta.

Poco a poco la habitación comenzó a iluminarse con los rayos mañaneros del sol, haciéndole saber que ya eran aproximadamente las 7 de la mañana.

Sin ánimos, se levantó de la cama y camino hacia la bañera que nunca usó, mirándola despectivo, como si parte de la culpa de todo lo ocurrido fuera de esa tina, suspiró cansado y decidió bañarse con el agua fría, tal vez y eso ayudará a calmar sus pensamientos.

Con esto, comenzó a despojar de su cuerpo lo último de ropa que aún traía puesta y metió primero la punta del pie derecho y sacándolo rápidamente al tacto.

— ¡Está helada! — exclamó para sí mismo mientras se inclinaba y metía una mano en la tina tentándola de nuevo — si, está muy fría... mejor pido una nueva agua.

Este hilo de pensamiento lo estaba llevando cuando de repente escucho un golpeteo, alguien estaba tocando a la puerta.

Alarmado Mu Qing pregunto en un grito ahogado "¿Quién es?". Si fuera Feng Xin no sabría que hacer, que actitud tomar o como enfrentarlo.

Espero unos segundos en completo pánico, hasta que escucho la voz áspera del mismo hombre de ayer, el que había preparado su tina.

— Recepción. — dijo sin más el anciano, con su tono cansado.

— ¿Sí? — Mu Qing se puso sus pantalones y entreabrió la puerta para ver qué es lo que necesitaba el hombre.

— Su compañero pidió que le cambiarán el agua para ducharse — dijo a regañadientes, normalmente los huéspedes solo piden este servicio una sola vez, y siendo la segunda para este hombre, se molestó por su trabajo doble y las horas tan noche y tan tempranas de las solicitudes.

— ... Puede pasar.

Le abrió el paso al hombre sin despegarle la mirada, viendo cómo vaciaba la tina y sustituía el agua por una más fresca y calientita.

"¡De nuevo está siendo demasiado atento!" Grito internamente.

El hombre se giró y extendió la mano al terminar, esperando algo de propina, mínimo y eso podría hacerlo sentir mejor, pero al notar que el albino únicamente traía unos pantalones y toda la ropa en la cama estaba sucia y desgarrada, decidió retractar la mano y salir de la habitación, Mu Qing sin enterarse de nada le cerró la puerta al instante.

Sin más se metió en la tina y, por fin, obtuvo su esperado baño, inclusive su ánimo había regresado, no quería darle el crédito a Feng Xin, pero casi podía asegurar que su estado de ánimo era tan bueno gracias a sus atenciones.

Termino de ducharse y se puso la misma ropa que traía, solo sacudiéndola un poco, salió de su habitación y se dirigió a la parte de la posada que hacía de recepción, aviso a la señorita que ya había abandonado el cuarto y también sobre la tina ya usada en esta.

— Claro, no hay problema, — respondió de forma amable la mujer — su amigo nos pidió que le informemos que lo está esperando en el restaurante de la posada.

Al escuchar el "su amigo" su piel se erizo, no sabía cómo encarar a Feng Xin, no sabía cómo él iba a actuar, y para ser sincero no quería que lo besara de nuevo en frente de todas las personas que pudieran estar en el restaurante.

Serendipia. [Mu Qing x Feng Xin] {TGCF}Where stories live. Discover now