19

336 34 14
                                    




Fue arrojada con facilidad hacia el charco de sangre, hacia lo que quedaba del cuerpo de su marido. Con su cuerpo aun en shock apenas pudo levantarse tratando de enfocar su vista.

No sabía que es lo que había ocasionado esto, solo sabía que debía de huir y pedir ayuda; escucho una especie de rugido en su costado izquierdo, acercándose cada vez más, ella tenía miedo y Mu Qing no podía hacer nada porque era un recuerdo nada más, si saliera de su escondite ella simplemente confundiría sus propios recuerdos. Se quedó completamente quieta, esperando no ser vista y confundida por algún bulto de harina o incluso uno de los capullos de menor tamaño, lo que pareció funcionar, ya que el sonido cambio de dirección después de un rato.

Con los restos de su esposo a un lado de ella, no podía pensar cómo salir, no tenía la fuerza suficiente y se sentía mareada, pero no podía morir ahí, su hijo la necesitaba y solo pensando en él es que pudo poner un poco de orden en su cabeza, recordó que su hijo había estado jugando a perseguir a las gallinas hace unos días y pasaba por un agujero desde el corral hasta el jardín, así que tenía que buscar ese agujero, rezo porque su esposo aun no lo hubiera arreglado.

Para su mala suerte nunca había visto el agujero por sí misma, solo conocía su existencia gracias a su marido y  a los pequeños actos de magia que le había ofrecido su hijo y como un niño ocurrente que era se había asegurado de salir por distintos lugares cada vez.

Armándose de valor comenzó a gatear hacia la derecha, buscando poner la mayor distancia posible entre los gruñidos y ella, tanteando con las manos las paredes evitando hacer ruido, casi había terminado con las dos paredes siguientes hasta dar con una parte irregular, emocionada tanteo sobre esta parte descubriendo que ¡su esposo sí había tapado el agujero!

Sabiendo que haría ruido al intentar patear el pedazo de madera delgado, se preparó mentalmente para salir corriendo, respiro profundo y con todas sus fuerzas pateo la tabla, una, dos, tres veces hasta que por fin se deshizo de esta, y con cada patada que daba el sonido volvía a hacerse más sonoro, más cercano, cuando por fin logro abrir el gruñido ya se escuchaba justo sobre su cabeza, cedió justo a tiempo para salir corriendo hasta el portón. Ya en este apenas se detuvo para abrirlo, giro un segundo para poder ver la distancia que la separaba de la criatura que había acabado con la vida de su marido, la imagen frente a ella le genero miedo y aversión al verla caminando en 4 patas, enorme, peluda y con dientes muy afilados asomándose por la comisura de su boca.

La bestia alcanzo a darle un manotazo antes de que ella pudiera abrir el portón, cayendo de forma inmediata al suelo, sintiéndose mareada y somnolienta hasta que por fin perdió la conciencia. 

Mu Qing vio con terror como la bestia la cargaba sobre su lomo y caminaba erguida tranquilamente de regreso al granero, su corazón comenzó a palpitar fuertemente, parecía algo totalmente diferente a lo que había imaginado.

Tenso espero para ser expulsado de la visión, pensó que era cuestión de tiempo para salir del sueño ya que la joven no era consciente de nada de lo que pasaba a partir de ahora, espero pegado en su sitio, la conmoción no lo habían dejado moverse ni un ápice de distancia plantándolo y sin control de sus extremidades en el mismo lugar, sin embargo, sin darse cuenta ya habían pasado varios minutos y el seguía dentro del sueño. Aun asustado trato de controlar su cuerpo, moverse y caminar hacia el granero, tal vez algo estaba pasando con la chica que hizo que recobrara la conciencia, era el único motivo razonable para explicarse a sí mismo porqué seguía dentro.

Por más que lo intentó no pudo recobrar el control de su cuerpo, lo sintió pesado, sin fuerza, sintió una extraña atmósfera que lo envolvía. Vio desde el granero unos oscuros ojos que lo observaron por unos segundos antes de comenzar a acortar la distancia entre ellos, con cada paso más cerca sintió como comenzaba a drenarse su energía espiritual. 

Mu Qing se sorprendió, no pensó que la bestia lo pudiera ver o percibir en un sueño ya que se trataba solo de un recuerdo, intento con más urgencia liberar sus piernas, pero con la energía filtrándose de su cuerpo fue cada vez más difícil resistir, se comenzó a sentir mareado, sin fuerzas, ¡estaba robándole su energía espiritual!, de pronto no pudo respirar y la conciencia se fue escapando de sus manos, lo último que vio antes de desvanecerse fue una macabra sonrisa en el rostro de la bestia.




Cuando abrió los ojos ya era de día, Feng Xin se encontraba inclinado sobre él, su frente pegada a su pecho sin soltar sus manos, sin dejar de traspasar energía espiritual, con los ojos apretados.

–Feng Xin... – llamo – ¿Qué ocurrió? – su voz rasposa, parecía que no había hablado ni bebido nada en más de una semana.

Feng Xin al escuchar sus palabras, rápidamente abandono su lugar aun sin soltar su agarre de las manos, mirándolo con preocupación y temor. – ...¿Estas bien? – pregunto con voz trémula, Mu Qing asintió con la cabeza, sintiéndose aliviado de haber vuelto y alejarse de esa cosa y un poco impresionado por haber preocupado tanto a Feng Xin.

Sin esperar un minuto más el moreno se abalanzó sobre los hombros del albino, abrazándolo fuertemente, sosteniéndolo como si temiera perderlo al quitarle un momento la mirada de encima.

– Ya basta – se quejó con un deje de alegría oculto en su voz – ¿Qué paso? ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

– Casi medio día y toda la noche – respondió aun aprisionándolo entre sus brazos, podía ver desde atrás un ligero rosáceo en sus orejas y cuello. – ...¿Qué viste? – pregunto separándose lentamente con cara preocupada, no es buen momento para pensar en su sonrojo.


~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~


Mu Qing explico detalladamente lo que había visto a Feng Xin notando como sus expresiones cambiaban de tanto en tanto hasta terminar con una mirada pálida y complicada en su rostro, la parte en la que la bestia había atacado directamente a Mu Qing le había hecho sentir mal, pensando en que pudo haber ido el y evitar que de nuevo Mu Qing fuera el único afectado.

–Oye... estoy bien, no me paso nada, ¿ves? – Mu Qing atrajo su mirada, alzando ambos brazos para que lo inspeccionara, lo había hecho de forma automática así que cuando cayo en cuenta que trataba de animarlo bajo de forma rápida los brazos y volteo la mirada  – no es como si algo tan insignificante podría herirme gravemente.

Ante la actitud infantil del albino Feng Xin no pudo evitar tirar de él y envolverlo en un fuerte abrazo de nuevo – Se que algo así no podría hacerte daño... – dijo en un susurro meloso – solo aun así... no quiero que te pase nada, quiero poder cuidarte, defenderte y estar para ti siempre. Siempre.

La sincera confesión lo tomo por sorpresa, no sabiendo que hacer o como proseguir desde ahí, solo dejándose abrazar con la mirada puesta en un árbol al frente para mantenerlo en el presente, tantas emociones no eran buenas para él, por un momento pensó que un comentario más de este dios marcial del suroeste podría ocasionarle un corto circuito en todo su ser.





~.~~.~~.~~.~~.~~.~~.~~.~~.~~.~


Con amor <3 

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Nov 27, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Serendipia. [Mu Qing x Feng Xin] {TGCF}Where stories live. Discover now