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— Y, ¿bien? — volvió a preguntar el moreno más insistente, acorralando lo entre su propio cuerpo y la pared destartalada.

MuQing aún no respondía, no podía simplemente decirle:

"Pues verás, planeaba irme con el pergamino en buscar del JaBuSi mientras tú y los demás arreglaban nuestro desastre."

Eso era demasiado cínico hasta para él.

Solo después de un momento, en el que la penetrante mirada sobre él y el extraño sentimiento de incomodidad que sentía cada vez que le intentaba sostenerle la mirada al moreno, pudo abrir su boca, listo para soltar alguna excusa poco creíble ya que su cerebro se encontraba más que frito y no entendía porque la repentina cortina blanca en su cabeza ya que siempre había sido bastante bueno con las palabras y respuestas inmediatas.

Si. Había algo que realmente le afectaba, de una manera preocupante, cuando estaba cerca de este hombre.

— Silencio — murmuró FengXin al ver como el albino, abría y cerraba la boca en un patético esfuerzo de excusarse  y poniendo atención a otro sonido más importante.

MuQing agradecido por este extraño cambio de actitud, estuvo más que de acuerdo a mantenerse callado, y al instante trato de escuchar lo que el otro se esforzaba por entender.

Desde una distancia media, mejor dicho, exactamente en la calle principal se escucharon unas cuantas voces hablando entre sí, el primer par de dos hombres jóvenes y la otra de... ¡Una mujer!

"¡¡Ling Wen!!"

Apenas se podía distinguir lo que estos tres hablaban.

— También se tiene que reparar esto — señaló un lugar a su derecha — para eso necesitaran ir por los materiales en un pueblo a cinco días a pie...

Al parecer Ling Wen volvió un poco después con instrucciones que se le  habían pasado por alto, demostrando con esto el inmenso trabajo que tenia y que de vez en cuando podía omitir u olvidar alguna parte de sus órdenes por lo agobiada que se encontraba, después de todo solo era una contra todo el papeleo de todos los demás dioses.

La dama seguía dando indicaciones de lo que debían hacer exactamente sin parar y menos sin dejar que el par restante dijera u opinara nada.

MuQing pensó que se lograría librar de todo si tan solo la diosa volviera a su palacio sin notar su ausencia, aunque olvidó esto cuando al levantar la vista y ver, casi sobre de si, el dorso esbelto y trabajado de FengXin.

No pudo evitar que el rojo carmín subiera por sus mejillas y bajara rápidamente la mirada de nuevo tratando de concentrarse en la conversación unilateral que se desarrollaba a unos metros de distancia.

"¿Qué es esto?"

Se pregunto nervioso, su latir se había descontrolado.

"No, tranquilizante, paz interior, paz interior"

Se repitió varias veces hasta que por fin logro tranquilizarse y bajar el color que cubría su rostro, aunque un leve rosáceo seguía persistente en su cuello.

Justo en el momento que logro calmarse y regresar a su habitual semblante, o por lo menos a lo más normal que pudo lograr, volvió a concentrarse en la conversación del otro lado, agudizando sus sentidos y escuchando cada ves mas claro.

— Y por último deberán también ir con Yu Shi Huang, la señora de la lluvia — la dama se detuvo por un momento mirando a su alrededor — ... por cierto, ¿en dónde está el general Nan Yang y el general Xuan Zhen?

Y este, sin duda, fue el momento para salir corriendo.

MuQing, restándole importancia al atlético cuerpo sobre el suyo, salió por uno de sus costados dando un salto largo en dirección al bosque, por supuesto que no se quedaría a reparar la capital cuando sus creyentes le estaban pidiendo ayuda, no dejaría que su credibilidad se viera afectada, de regreso simplemente aceptaría el castigo y terminaría de reconstruir lo que faltará.

Sorprendido por el movimiento ágil y veloz, FengXin se quedó un par de segundos estupefacto viendo el ahora vacío lugar donde hacia un momento se encontraba el albino.

Pensó seriamente si ir tras él o volver para ayudar a su más noble subordinado, pero la competitividad que sentía con MuQing era demasiada haciéndolo dar media vuelta y salir corriendo tras el albino.

"Lo siento MeiSu, te recompensaré luego" pensó a la par que daba su carrera por los densos árboles, tratando de seguirle el paso a MuQing.



Del otro lado el par de funcionarios no sabían que responder ante la pregunta de la dama, dando escusas atropelladas y más confusas.

— El general Nan Yang... fue a verificar que más estaba destruido — respondió Mei con una risa fingida y rascando su nuca.

— Y el general Xuan Zhen fue a llevar los residuos que ya habíamos recogido al botadero — WenGuJi logro articular con dificultad ya que nunca había tenido que mentirle a nadie y no podía hacerlo de una manera tan natural.

— Mmmm — los miro a ambos, su actuación poco creíble le hizo dudar, pero sinceramente no le importaba el paradero de los generales, ella solo quería y necesitaba que se reconstruyera la capital y si estos dos lo harían no representaba ningún problema la ausencia de los generales — Está bien.

Sin decir ni una sola palabra más volvió a su palacio donde la esperaban montañas y montañas de documentos que analizar y revisar.

— Entonces, ¿Crees que volverán? – pregunto Mei acercándose al pelinegro

— No lo sé – respondió solo después de soltar un pesado suspiro.

— Entonces, es así – de igual manera soltó un suspiro regresando a tomar la escoba que había tirado con la llegada de la diosa – vamos.

Le hizo una seña amistosa, moviendo levemente su cabeza para que lo siguiera, el pelinegro sin meditarlo tanto le regalo una pequeña sonrisa y le siguió de cerca.







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bueno otro capitulo mas pequeño de lo normal jeje.

Nos leemos pronto n.n

Serendipia. [Mu Qing x Feng Xin] {TGCF}Where stories live. Discover now