Serendipia. [Mu Qing x Feng Xin] {TGCF}

18

Al atravesar por el denso globo, Mu Qing vio un inmenso cielo azul con incontables nubes claras posándose en este, el contraste entre esta vista y la total oscuridad que envolvía al globo le pareció extraño.

Descendió lentamente, hasta aterrizar en el jardín de una modesta casa, donde vio sentada en el pórtico a la mujer de antes, cosiendo una prenda, parecía sumamente concentrada en su labor. Si él quisiera podría ir en ese preciso momento y preguntarle directamente ¿qué es lo que había ocurrido?, ¿Qué la había atacado? ¿El cómo había terminado de esa forma?

Sin embargo, prefirió guardar silencio y esperar un poco, quería ver si estaba soñando con ese suceso, si fuera así con suerte podría ver él mismo lo que ocurrió.

En breve la mujer se levantó con un ademan de preocupación, parecía que había recordado algo, acomodo en una cesta lo que había ocupado para el remendado y camino hacia el interior de la vivienda, Mu Qing la siguió a unos pasos de distancia, la vio entrar en una recamara y a pocos minutos salir de ella con un niño en brazos no mayor de 4 años, ambos ya abrigados y listos para salir.

Dejo al pequeño sentado en la sala a la par que tomaba un bollo de carne y se lo daba para comer, después se dirigió hacia un pequeño granero en el otro lado del lugar donde un hombre joven arreglaba la cerca y cuidaba de los animales, a simple vista Mu Qing, podía decir que era un matrimonio joven que acaba de mudarse a esta granja.

El matrimonio conversó alegremente unos minutos, Mu Qing aun en el pórtico apenas podía entender algo sobre traer algunas semillas y utensilios para poder comenzar con el cultivo y antes de que por fin la joven pudiera alejarse, su esposo la cargo de forma juguetona por la cintura y la llevo hacia los corrales dando ligeras vueltas para que viera todo el avance en la restauración que había hecho, inflando su pecho y pidiendo que lo elogie con una sonrisa socarrona, se veía que era un matrimonio muy feliz. Sus labios se curvearon ligeramente hacia arriba.

Después de unos minutos felicitando a su marido juguetonamente, tomo un jarrón no muy grande pero rebosante de leche que probablemente su esposo había extraído esa mañana de alguna de sus vacas. Ambos regresaron a la casa donde su pequeño hijo los esperaba ansioso, la emoción se reflejaba en su rostro.

–¿Estas listo A – Mao? – pregunto el hombre tomándolo en sus brazos, el pequeño asintió de forma vivas con la cabeza.

La pequeña familia se encamino hacia el portón café de la entrada, este lucia limpio, recién pintado, mirando todo, no podía imaginarse por lo que había pasado la joven, aunque no tendría que hacerlo ya que seguramente lo vería más adelante.

Aún era temprano cuando se despidieron en la entrada de la granja, así que sin prisa la joven camino hacia el camino opuesto que iba hacia el pueblo donde se encontraba Feng Xin y él, recordando un poco era el pueblo que estaba celebrando a Feng Xin el otro día.

"Genial, estoy en el sueño de un creyente del idiota" pensó cruzándose de brazos.

Después de una hora caminando sintió que el camino le era eterno, no podía distinguir alguna presencia extraña ni nada que indicara que algo malo fuera a ocurrir, solo vio como la joven jugaba con su pequeño hijo, corriendo tras el de tanto en tanto.

Esta imagen le hizo recordar un poco su pasado en Xian Le, de cuando iba de regreso con su madre después de un arduo día de trabajo, como ella lo animaba para que corriera más rápido y más lejos, a él le encantaba correr alrededor de ella y abrazarla en cuanto se descuidara, de repente sintió como su corazón se oprimía en su pecho y una ola de nostalgia lo invadió, a veces realmente extrañaba su antigua vida.