⠀⠀07. reencuentro

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—¿Dónde están...? —murmuró Leiko mientras buscaba algo entre sus cosas.

—¿Qué ocurre, cariño? —preguntó Kaiyo, su madre, al pasar por delante de la habitación de su hija.

—¿Mamá, has visto mis auriculares?

—No, no los he visto, ¿los has perdido? —Leiko asintió un poco avergonzada. Kaiyo entró en la habitación y empezó a buscar los auriculares junto a Leiko. Pusieron toda la habitación patas arriba, pero no lograron encontrar los auriculares de la patinadora—. Ya te compraré otros, cielo. Ahora prepárate, que Viktor está a punto de llegar y tu sigues en pijama.

—Está bien mamá. Gracias.

No tardó mucho en prepararse, se sorprendió al ver que no se había puesto ninguna prenda del revés o había combinado la ropa de manera nefasta, estuvo esos minutos pensando en la persona a la que Viktor había ido a recoger. No se lo había dicho explícitamente, pero sabía que esa persona a la que había ido a buscar a Hasetsu era Yuuri y estaba deseosa de volver a verle. En cuanto escuchó el sonido del timbre, salió de su habitación y bajó las escaleras corriendo para ver a Yuuri hablando con su madre.

—¡Yuuri! —exclamó Leiko corriendo hacia el chico para darle un abrazo. Él recibió el abrazo gustoso girando sobre si mismo con la chica en sus brazos—. Te eché mucho de menos, Yuuri.

—Yo también a ti, Leiko —respondió con pequeñas lágrimas en sus ojos.

—¡Ay, pero no llores! —dijo Leiko quitando las pequeñas lágrimas que amenazaban con caer por las mejillas del mayor. Ella también estaba a punto de llorar, había echado mucho de menos a Yuuri.

Desde que Leiko y Yuuri se conocieron, se volvieron inseparables. Coincidieron en una competición junior cuando él tenía dieciséis y ella doce, pero eso no les impidió llevarse genial. A partir de ahí, se volvieron uña y carne, se animaban en todas las competiciones que coincidían y ambos fueron fans de Viktor cuabdo el hombre estaba en sus mejores momentos. Años después Viktor se fijó en Leiko y empezó a entrenarla y en eso, Yuuri decidió darse un descanso del patinaje para centrarse plenamente en la universidad. Leiko y Yuuri eran para el otro como el hermano que nunca pudieron tener, Yuuri cuidaba de Leiko como si fuera su hermana pequeña y Leiko alababa a Yuuri como una niña pequeña alabaría a su hermano mayor.

—¿Queréis intentar hacer la coreografía que...? —Antes de que Viktor pudiera terminar la pregunta, Leiko y Yuuri le interrumpieron.

—¡Sí! —exclamaron emocionados separándose del abrazo para mirar a Viktor con caras de cachorrito. Sin esperar otra respuesta, ambos empezaron a correr hacía el gimnasio para usar la pista de patinaje.

El camino se hizo muy corto para Leiko y Yuuri, Viktor tuvo que correr mucho para alcanzar a esos dos, quienes parecían estar en medio de una carrera para ver quién llegaba antes al gimnasio. Por el camino reían como dos niños pequeños emocionados por ir a jugar al parque.

—¡Te gané! —exclamó Leiko parándose frente a la puerta del gimnasio poniendo sus manos sobre su cintura, orgullosa.

—Te recuerdo —dijo Yuuri cogiendo aire— que yo llevo sin hacer ejercicio en serio dos años.

—Ese —respondió también cogiendo aire— no es mi problema — Y una gran sonrisa se dibujó en su rostro mientras seguía llenando sus pulmones con el oxígeno que le faltaba.

Ambos habían quedado exhaustos, se miraron fijamente planteándose si realmente podrían hacer esa coreografía después de tantos años sin siquiera recordar los pasos. Pero sus miradas les dejaban claro que, por muy difícil que fuera, ese era un desafío y ambos lograrían superarlo.

𝗜𝗖𝗘 ━━ kei tsukishimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora