⠀⠀15. programa libre

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El viaje en el taxi se hizo muy largo, después de hablar con Tsukishima y conocer el resultado del partido contra Aoba Johsai, Leiko estuvo un buen rato pensando sobre eso. Un sentimiento de pena y rabia empezó a crecer dentro de ella, jamás había tenido tantas ganas de darle un abrazo a alguien como las que tenía ahora de abrazar a Kei después de hablar con él por teléfono. Su corazón empezó a latir muy rápido al darse cuenta de ello y algunas lágrimas amenazaban con caer por sus mejillas.

Viktor al darse cuenta de eso le pasó un pañuelo para que secara sus ojos con cuidado de no destrozar el poco maquillaje que llevaba. En ese momento Viktor estaba aterrorizado, no quería que Leiko se sintiera mal y menos en un momento tan importante como ese. Cualquier sentimiento erróneo podía mandar al garete todo lo que llevaba más de un año entrenando.

—Oye Viktor —dijo de pronto Leiko, dejando el pañuelo que el hombre le había dando entre sus manos. Bajó la mirada hacia sus pies para luego levantarla y mirar a su entrenador fijamente. Sus ojos reflejaban una mezcla muy extraña de emociones, pero sobre ellas rebosaba la seguridad—. Voy a ganar el oro en la Copa de China y voy a clasificarme de una vez por todas para el Grand Prix Final. Nada de segundos lugares para tener una segunda oportunidad de llegar a la final, hoy el oro va a ser mío.

Viktor sonrió tras escuchar eso, se había preocupado por nada.

—Ves a por el oro —se limitó a responder, pero fue más que suficiente para que Leiko sonriera aún más segura que antes.

El resto del trayecto en el taxi se hizo más ameno, Leiko pensó una y otra vez en la coreografía que interpretaría mientras escuchaba la lista de reproducción que utilizaba siempre para entrenar. Cuando ya casi llegaban a la pista de patinaje, empezó a sonar «On Top of the World» de Imagine Dragons. Aquella canción que le recomendó a Tsukishima hacía ya un mes y medio. Con la canción a todo volumen sonando en sus auriculares, se puso a pensar en como había cambiado su relación con él desde entonces.

Parecía que había pasado una eternidad desde el momento en el que Leiko chocó con Tsukishima al salir de un entreno, pero solo habían pasado tres meses. Recordó como al principio no veía nada especial en Tsukishima y como detestaba su personalidad por su manera de tratar a sus compañeros, pero las palabras de su madre volvieron a su mente «Igual piensas eso porque eres tú quien no lo conoce bien». Leiko sonrió «Tenías razón, mamá».

Ahora estaba segura que moriría por él si era necesario.

—¡Ya estamos aquí! —exclamó Viktor al salir del taxi respirando largo y tendido. Miró a Leiko antes de continuar avanzando—. ¿Está todo bien, Lei?

—Estupendamente, Viktor —respondió, para después empezar a caminar junto a su entrenador hacia la pista.

A cada paso que Leiko daba, el nudo que se había formado en su garganta por la llamada con Tsukishima se deshacía cada vez más, hasta desaparecer por completo. Estaba decidida a ganar y llevarse el oro ese mismo día, cometer un error no estaba en sus planes. Durante su calentamiento, Leiko escuchaba los aplausos al resto de patinadoras y las puntuaciones que estas lograban, había algunas puntuaciones muy altas que parecían imposibles de superar.

Pero Leiko lograría superarla.

La siguiente y última patinadora en salir a la pista de la Copa de China de ese año era Leiko. Y mientras se acercaba a la pista, escuchaba los vítores y los comentarios de uno de los comentaristas de la competición. No dejó que eso le pusiera nerviosa, al contrario, su confianza en ella misma aumentó aún más si es que eso era posible.

—Y la próxima patinadora en salir será Leiko Hirose, la que podríamos llamar la patinadora revelación de esta temporada. Con casi diecisiete años de edad, esta es la primera vez que la joven japonesa se muestra en las pistas del Grand Prix senior.

𝗜𝗖𝗘 ━━ kei tsukishimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora