⠀⠀10. nekoma

9.2K 993 427
                                    

—¡Me hago caca! —exclamó Hinata abriendo la puerta del baño de golpe para encontrarse a Tsukishima y a Leiko dentro de la bañera.

Leiko estaba abrazada a Tsukishima, le encantaba dormir abrazada a algo, tanto que si no lo hacía no podía dormir bien. Esa noche fue el turno de Tsukishima.

—No chilles, ella sigue durmiendo —susurró Tsukishima señalando a la chica, intentando no moverse mucho para no despertarla.

—¿Qu-Qué habéis estado haciendo? —preguntó el pelirrojo mirando confundido a Tsukishima. Sus mejillas se habían sonrojado al imaginar las cosas más perversas que podrían haber pasado entre ellos dos ahí.

—¡Hinata, idiota! ¡Yo también necesito entrar al baño! ¿Qué pasa? —preguntó Kageyama poniéndose junto a Hinata delante de la puerta. Al ver lo que su compañero estaba viendo, entendió el por qué del comportamiento de Hinata.

—¡Qué no gritéis! —susurró Tsukishima.

Leiko empezó a moverse y Tsukishima se tensó, miró amenazante a Hinata y Kageyama, temiendo que por su culpa Leiko se hubiera despertado.

—¿Por qué te preocupas tanto por ella, Tsukishima? —preguntó Hinata con una sonrisa sugerente. Kageyama se percató de la expresión de Hinata y soltó una pequeña risa.

Leiko volvió a moverse y la mirada de Tsukishima se endureció, Hinata y Kageyama decidieron ir al baño de abajo por miedo a que Tsukishima dejara de ser tan cuidadoso y fuera a por ellos. Al ver que se habían ido, Tsukishima bajó su mirada hacia Leiko y se quedó un buen rato mirándola con una sonrisa leve y dulce. La chica había terminado abrazándose a su cuello dándole pequeñas caricias en la nuca, acto que tensaba y tranquilizaba a Tsukishima por parte iguales.

Sus mejillas se volvieron de un color rosado al fijarse bien en los rasgos de la chica y en como esta dormía plácidamente sobre él, le costaba admitirlo pero Leiko le parecía una chica preciosa. Al notar otro movimiento por parte de Leiko, Tsukishima apartó la mirada y rezó porque su sonrojo no fuera muy notorio.

—Buenos días Kei —dijo Leiko con la voz ronca y bastante más grave de lo que solía ser normalmente. Por muy somnolienta que estuviera, no dudó en levantarse rápidamente de encima de Tsukishima para tenderle su mano—. Espero no haberte molestado mucho esta noche, ¿has dormido bien?

—En la medida de lo posible sí —respondió aceptando la ayuda de Leiko y poniéndose de pie para salir de la bañera—. Aunque hubo un momento en el que no sentía las piernas, supongo que por el flujo de sangre.

—Lo siento por eso, pero hemos dormido más calentitos ¿no? —dijo Leiko buscando el lado positivo. Tenía una sonrisa radiante en su rostro, se notaba que había dormido muy bien.

Aprovechando que ya estaban ahí, se lavaron la cara con agua fría para terminar de despertarse y así de paso Tsukishima podría bajar el sonrojo de sus mejillas. Se despidieron por unos minutos para ir cada uno a sus habitaciones y vestirse. Cuando Tsukishima entró en su habitación, Yamaguchi saltó a hacerle preguntas.

—¿Cómo que has dormido con Leiko? —pregunto Yamaguchi apareciendo delante de él—. Hinata y Kageyama me lo acaban de decir. Sé que te dije que deberías intentar ser más cercano con ella porque se veía que podíais llegar a ser muy buenos amigos pero no pensé que pasaría tan rápido algo como esto.

—Nos quedamos encerrados en el baño, Leiko vino a ayudarme pero la muy idiota cerró la puerta sin quitar el seguro. Así que dormimos ahí dentro —respondió Tsukishima quitándose la camiseta que llevaba para ponerse una más comoda para entrenar.

—¿Pero habéis estado abrazados...? ¿Cómo una pareja?

—Tadashi, cállate.

Yamaguchi soltó una pequeña risa pero rápidamente se apagó, se fijo en la espalda de Tsukishima la cual tenía unos cuantos arañazos.

𝗜𝗖𝗘 ━━ kei tsukishimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora