⠀⠀39. promesa

2.3K 230 42
                                    

—¿Pero de verdad que no te molesta? —escuchó Leiko al otro lado del teléfono. Kōshi acababa de decirle que Tōru lo había invitado para tener una cita esa misma tarde y se notaba en la preocupación de su voz que quería saber si Leiko estaba de acuerdo con eso.

—Kōshi, es la décima vez que me lo preguntas —contestó Leiko entre risas—, te aseguro que no me molesta. Diviértete mucho, ¿de acuerdo?

—Está bien, ¡gracias Lei! —exclamó el chico para justo después colgar.

Durante las últimas dos semanas después de lo ocurrido en la fiesta del Grand Prix Final, Kōshi y Tōru habían estado hablando muchísimo, y Leiko se enteraba de todo gracias a las quedadas con Kiyoko y Kōshi para estudiar. Ella por primera vez en mucho tiempo no tenía nada nuevo que contar, pero Kōshi no paraba de hablar sobre el ex capitán de Seijoh. Ahí se pudo dar cuenta de lo ilusionado que estaba su amigo respecto a Tōru, ni hablando sobre Daichi se ilusionaba de esa manera, y no había cosa que le encantara más que ver a su amigo feliz.

Kōshi no tenía ni idea, pero era gracias a Leiko que Tōru había conseguido las fuerzas que necesitaba para hacer ese paso e invitarlo a salir. La idea la tenía ahí desde que empezaron a hablar en la fiesta, pero no fue hasta el momento que vio lo bien que se entendían que decidió escribir a Leiko para que esta le diera su visto bueno y le diera las fuerzas que le faltaban.

—Hoy he quedado con Kei, mamá —avisó Leiko a su madre una vez entró en la cocina, donde la mujer se encontraba tomando un café—, vamos a darnos un descanso de los estudios esta tarde. Y de paso a celebrar San Valentín.

—Os lo merecéis, cielo —contestó Kaiyo dejando la taza de café sobre la encimera—. Tenéis que estar agobiadísimos con tantos papeles a vuestro alrededor todo el tiempo.

—Demasiado —suspiró Leiko, recordando todo lo que le quedaba por estudiar todavía—, ayuda mucho que ahora solo podamos ir al club cuando nos apetezca y no todos los días por obligación. No seríamos capaces de organizarnos si tuviéramos que ir aún a entrenar.

—Ahora descansa un poquito en el sofá mientras preparo la comida —pidió la mujer abriendo la nevera—. ¿Te apetece algo en concreto?

—Tonkatsu con un poco de arroz blanco —contestó Leiko lanzándose sobre el sofá—. ¿Por favor?

—¡Marchando! —exclamó Kaiyo, sacando los ingredientes necesarios para preparar ese plato—. ¿Se ha vuelto uno de tus platos favoritos, verdad?

—¡Muchísimo! Sienta demasiado bien un buen filete empanado con panko y un poco de arroz, se me hace la boca agua solo de pensar en ello.

En menos de una hora, el plato ya estaba preparado y tanto Leiko como Kaiyo se sentaron para, comer. Al dar el primer mordisco, Leiko puso los ojos en blanco por lo deliciosa que estaba la comida; era un plato tan sencillo, pero que le gustaba tanto que no podía no derretirse cada vez que lo probaba. Además, la manera en que su madre preparaba los platos era tan especial y los hacía con tanto cariño que era imposible no engancharse a la comida de Kaiyo.

Después de comer y limpiar los platos, Leiko quiso aprovechar la hora y media que le quedaba en descansar de los estudios al menos un rato, pero al ver el desorden de su escritorio, no pudo evitar sentarse de vuelta en su asiento para lo que en un principio era poner un poco de orden y termino estudiando otro tema entero. Al levantar la cabeza y mirar el reloj, vio que le quedaban apenas quince minutos para prepararse, así que se levantó de un salto en dirección al armario para escoger algo para ponerse.

Dado que aún continuaba haciendo algo de frío, escogió ropa abrigada para asegurarse de no constiparse esos días, no le apetecía estudiar con toda la nariz taponada y más dolor de cabeza del que ya tenía por toda la información que estaba memorizando esos días. Escogió un jersey de lana color blanco y unos pantalones negros como principal, para luego añadirle algunos accesorios. Un gorrito también de lana, una bufanda no muy gorda y unos calentadores de pies junto con una chaqueta larga de color grisáceo.

𝗜𝗖𝗘 ━━ kei tsukishimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora