4. No es fácil escapar de sus garras

7.3K 821 157
                                    

— ¿A dónde crees que vas? — Piandra aceleró el paso cuando vio a Korra aparecer entre las hojas de los árboles en dirección donde él se encontraba.

— A pasar el rato — se encogió de hombros — Quiero pasar tiempo con mi amigo.

Piandra gruñó. No podía creer que Korra era el único Jaguar sociable que le agradaba la compañía de otras panteras.

— Largo de mi territorio — se acercó amenazante con pasos furiosos para estar cara a cara. Piandra era un poco más alto que el Jaguar.

— Pero porqué esa agresividad... — levantaba las manos divertido en modo de defensa, luego frunció el ceño y lo olfateó — Hueles a hembra.

— No me jodas — decidió ignorarlo antes de que desgarrara su garganta. Empujó su hombro con el suyo y continuó caminando a dirección al centro de la ciudad.

— ¡Hueles a hembra! — escuchó los pasos del Jaguar detrás de él. Empuñó sus manos enojado — ¿Quién era? ¿Quien es la pobre chica?

— Te voy a partir la cara.

— ¡Joder! — Korra olfateó hacia él de nuevo — ¡Huele demasiado bien! ¿Quién es la chica? Quiero su aroma en mi — ronroneó esperanzado de que ese aroma a vainilla esté por su cuerpo.

Piandra detuvo su paso. Korra se colocó delante de él mirándolo con curiosidad. Piandra cerró sus ojos y contó hasta diez. No podía matar a uno de los suyos sin ninguna justificación.

La hirvió la sangre de solo pensar que ese maldito tocara a la hembra. Nadie la tocaría, nadie la olería y nadie estaría cerca de ella.

El consejo la querrá limpia.

Nadie tiene que saber de ella. Así estará más segura.

— Aléjate de mi territorio — su lado animal tuvo acto de presencia. Sus ojos naranja predominaban y su pupila estaba completamente rasgada, iba a matar a Korra si seguía hablando.

Korra sonrió hasta que sus ojos ojos se achinaran. Hay que aprovechar.

— Al parecer no fue una salvaje, no veo marcas en tu espalda.

— Korra...

— Tal vez no fuiste muy bueno, ya sabes... no tener sexo por meses es...

— Será mejor que huyas.

— Es normal, amigo. No todos somos bueno montando.

— Corre — cerró los ojos a punto de lanzarse a Korra.

— ¿Sabes qué? Iré a verificar si la hembra sigue allí.

Korra no pudo dar ni tres pasos cuando sintió como fue lanzado hacia un árbol. El impacto contra el tronco lo había dejado casi inválido, se quejó cuando quiso levantarse.

— No seré amable.

— Se supone que esto fue amable.

— ¡Largo! — gritó Piandra inclinándose hacia delante para que en cualquier momento atacar.

— Pero si no me puedo levantar — se quejó tocando se espalda. Ya estaba recuperado, pero quería molestarlo.

— ¡Ah! — gruñó frustrado viéndolo completamente enfurecido.

– Dejé unos papeles en tu cabaña, necesitas recuperarlos.

— ¿Y por qué mierda no empezaste por allí? — inclinó su cabeza ligeramente hacia abajo mientras sus ojos asesinos apuntaban a su garganta.

PIANDRAWhere stories live. Discover now