4. Enojo.

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Pasó el paño húmedo sobre la mesa por última vez y dio un suspiro

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Pasó el paño húmedo sobre la mesa por última vez y dio un suspiro. Su castigo había sido dejar impecable el comedor antes de las nueve y media o se quedaba sin cenar hasta terminar su cometido. Por más que a Mikasa se le diera bien el orden y la limpieza sabía lo difícil que era satisfacer los estándares perfectamente ridículos de su capitán. Su obsesión por la limpieza era algo bien sabido por sus subordinados a tal grado que todo era risas y bromas al respecto hasta que tenían que limpiar.

Para Levi, la limpieza no era algo de lo que debían burlarse.

A pesar de mostrarse concentrada y serena en el exterior, la realidad no podía ser más distinta. Su mente se encontraba en cualquier lugar menos en el comedor. No había podido dormir bien después de ese sueño y la había mantenido distraída durante toda la mañana y tarde. Durante el día más de una vez se le había llamado la atención por su interés pero por más que quisiera concentrarse, por su mente solo pasaban dos preguntas.

¿Por qué había soñado eso? ¿Por qué había soñado eso con él?

No encontraba una respuesta que la convenciera lo suficiente para tranquilizarse a sí misma. Además, no sabía que esa clase de sueños existían, jamás había escuchado a Armin o Eren mencionar algo parecido. Las pocas veces que Sasha le había comentado a quienes encontraba atractivos, jamás los había mencionado de la forma que Mikasa se sentía con el mayor. Pero lejos, lo que más le incomodaba no era el sueño en sí o los acontecimientos que se desarrollaron dentro de él, sino el hecho de fantasear de ese modo con su superior.

Ahora solamente quería saber cómo se sentiría de verdad.

—Sigue sucio.

Dio un leve brinco al sentir su voz tras sus espaldas. Iba a voltearse pero se arrepintió y miró el reloj que se encontraba en frente suyo y dio un suspiro de alivio al ver la hora.

—Son las ocho y media. Aún tengo una hora para finalizar.

De algún modo, la simple presencia del hombre la había irritado.

—Te tardaste una hora en hacer un cuarto de lo que debías. – se cruzó brazos y negó con su cabeza. – Dame una buena razón para creer que terminaras tres cuartos de lo que te queda en lo que resta de tiempo.

Al verla voltearse con su entrecejo arrugado por la molestia y sus labios fruncidos supo que había logrado fastidiarla.

—Había estado distraída, pero estoy segura que si...

—¿No es irónico que estés haciendo tu castigo distraída cuando fue el motivo del mismo? – no notó cuando fue el momento exacto en el que su capitán comenzó acercarse a ella pero cuando fue consiente de ello ya era demasiado tarde para huir. – Estas siendo muy poco realista si piensas que podrás hacerlo si sigues así de ida. – con el dorso de su mano le dió un leve golpe en su frente arrugado un poco la nariz por el leve molestar que sintió. – Sea lo que sea que te esté  perturbando es lo mismo que te está entorpeciendo y no lo voy a permitir. – sus manos habían tomado condelicadeza los hombros fuertes de la fémina. Pudo sentir bajo el tacto de sus palmas como el cuerpo de la chica se había incómodado ante su tacto por lo que procedió a soltar su agarre. Aún así mantuvo su mirada rígida en ella. El mensaje seguía siendo el mismo.

A pesar de que sus palabras iban con buena intención, no le gustaba en lo absoluto como la estaba tratando. La hacía sentir como una tonta e inmadura cuando no lo era.

—Ya lo sé. – espetó molesta. – No es necesario que me lo digas cuando es más que evidente.

No soy una niña.

Levi observó con cuidado cada detalle de los gestos de la muchacha y renegó con la cabeza. Odiaba tener que lidear con mocosos.

—Como digas. – rodó sus ojos y camino hasta la puerta con evidente enfado. Le estresada la gente terca o mal agradecida. – Si no terminas, puedes cenar pero tendrás que limpiar los establos. – entrecerró sus ojos cuando sus dedos frotaban con suavidad en círculos su sien. Eso lo calmaba. – ¿Trató?

—Trato... – Levi asintió y volvió a tomar su camino a la salida. No habían pasado más de cinco segundos cuando su malhumor volvió a él al escucharla murmurar lo suficientemente alto “Enano gruñón, mal humorado y...”

—Limpiaras el establo y mi habitación por ser una mocosa insolente. – la interrumpió de golpe y de forma definitiva salió por la puerta dejando a Mikasa desconcertada. No estaba desconcertada por el hecho que tendría que hacer más cosas sino por las últimas palabras dichas por él.

Sonaban igual a las de su sueño.

———

Holaaa, como anda la banda?

Estaba pensando en actualizar dos veces por semana, serian los martes y jueves a las 7'10 🇨🇱

me gustaría saber que opinan al respecto...

¡Muchas gracias por leer!

𝐅𝐀𝐕𝐎𝐔𝐑𝐈𝐓𝐄 𝐒𝐈𝐍; rivamikaWhere stories live. Discover now