5. No eres mi papá.

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—¡Mikasa! Ps

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—¡Mikasa! Ps...¡Despierta, despierta!

Abrió sus ojos lentamente y se exaltó al observar la cara de su compañera de cuarto pegada a la suya. No pensó que el rostro de Sasha fuera lo primero que vería al despertar. Intentó voltearse y seguir durmiendo pero los constantes toques en su espalda se lo impidieron.

—¿Qué quieres? — su voz era somnolienta y demostraba un poco su mal genio. Esta semana había sido pesada y aún quedaban dos días para finalizarla.

—Quiero mostrarle algo...

¿Acaso sabía que hora era? Que fuera media noche le daba motivos suficientes para que la dejara descansar.

—¿De nuevo robaste algo de la cocina? — Admitiendo la derrota, se volteó en dirección a la castaña y se sentó sobre su cama. — Me dijiste que sería la última...

Sasha movió sus manos en un gesto de negación confundiendo a su compañera.

—Esta vez es distinto. — De la parte inferior de su chaqueta sacó una botella promedio. Al ser transparente, se podía ver el color amarillento y como las burbujas subían y producían un poco de espuma en la superficie dentro de. En un inicio, Mikasa no reconoció muy bien qué era lo que se encontraba en el envase pero, al refregar sus ojos con el dorso de su mano con un poco de fuerza, abrió su boca y con su mirada quiso confirmar si era lo que pensaba. — ¡Sí! ¡Es cerveza! Tomé dos jarrones de los pequeños y los vacíe en mi botella de entrenamiento, ¿No es genial? — Mikasa la miraba horrorizada. Esta era la peor idea del mundo. La castaña al notar la mirada de miedo de la joven Ackerman intentó tranquilizarla. — ¡Oh, vamos! No me digas que tienes miedo de esto ¿o si?

Las manos de Mikasa taparon ágilmente la boca de Sasha. No tenían que ser tan ruidosas al respecto.

—¡Shh! Baja la voz, nos podrían descu...

— ¿No me digas que nunca has probado el alcohol y por eso estas tan nerviosa? — la reacción de su amiga fue lo que confirmó su sospecha. — ¡Yo tampoco lo he hecho! ¿Ves? ¡No hay nada de qué temer! Nada nos pasará si estamos las dos en esto. ¡Ahora trae los vasos y a disfrutar porque la noche es joven!

———

La juventud de la noche habría durado más de veinte minutos sino fuera porque:

Uno.

Los efectos del alcohol no tardaron en aparecer al no tomar con calma y en el caso de Mikasa beber un vaso entero sin tener el estómago lo suficiente lleno para amortiguar un poco los efectos de este. 

Dos.

 Sino fuera por las risas (o mejor dicho gritos...) de Sasha, Hange jamás hubiese venido a verificar si estaban bien porque había escuchado unos ruidos extraños provenientes de la habitación de las dos chicas.

No tuvo que pensar mucho para darse cuenta de lo que estaba pasando. Una botella vacía, dos vasos arrojados en el suelo, sus mejillas sonrojadas por el alcohol, y una de ellas riendo descontroladamente de todo lo que la rodeaba.

Era la escena del crimen perfecta.

—¿Se puede saber en qué estaban pensando?

Aunque habría preferido encubrir a las dos adolescentes, no quería correr el riesgo de que la furia de Levi y de su comandante cayeran sobre ella. No le quedó otra más que delatar a las dos chicas con su superior.

El capitán Levi.

—¡Enano! Calmate un poco, la situación no fue tan gra...

—¿Que no fue tan grave? ¡¿Que no fue tan grave?! — gritó exaltado. Hange movía sus manos en señal de que se calmara un poco a lo que Levi lo ignoró completamente. — Robar comida ya es una falta grave, imaginate robar alcohol cuando está completamente prohibido que los cadetes nuevos puedan beber en espacios comunes entre semana. — La castaña se estremeció de hombros. No había mucho por hacer. — ¿Cómo crees que reaccionara Erwin al enterarse que no solo eso, sino que se emborracharon en sus recamaras. Eso es otra falta por tener contrabando en sus habitaciones. ¿Qué crees que dirá al verlas en este estado — las señalo con su dedo anular sin importar en ser educado o no. Mikasa se mantuvo en silencio desde que llegaron a la oficina del hombre y este les indicó a ambas que se sentarán en una de las sillas que se encontraban en la habitación. Al contrario de Mikasa, Sasha había estado con ganas de explotar en risa cada vez que veía las caras de enojo de su superior y los intentos fallidos de Hange de calmarlo.

Era todo un espectáculo bajo su visión.

—Es todo, llevaré a estas dos mocosas irresponsables con Erwin en este minuto para que vea que hacer con ellas.

—Levi, al contrario de tí, Erwin duerme. — Exclamó la castaña. — Lo mejor sería ver qué castigo les damos a las dos mañana...

—¡Enanin! — el grito de sasha hizo que todos los presentes se tensaran. Levi volteó a verla con las ganas de matarla en sus ojos. ¿Cómo lo había llamado?

—Sasha... — Mikasa intentó callarla pero fracasó en el intento.

—Yo...yo fui la culpable, su señoría rinon diron dam – lo último lo tarareo y comenzó a reírse sola de la melodia que había creado. Era evidente que nunca había bebido en su vida. – Mikasa no tiene nada que ver con esto así que ¡No vaya a enojarse capitán! ¿Qué pasaría si la furia es más grande que usted? ¿Podría explotar? — al escuchar el tono de preocupación en su voz, supo que hablaba en serio y eso lo molesto más.

—Listo. Tuve suficiente. – su ceja tiritaba de la rabia. – Hange, tu te quedas con Mikasa, yo llevare a Sasha con Erwin.

Tomó a su subordinada del brazo y antes de poder dar un solo paso hacia la puerta Hange lo detuvo agarrando a la castaña por su otro brazo.

—¡Hey, hey, hey, hey! ¿No sería mejor si yo llevo a esta mujercita con el comandante... – pasó su brazo sobre sus hombros y Sasha solo reía y murmuraba que no era necesario pelearse por ella porque había suficiente para toda la legión. Hange y Levi sólo la ignoraban–... y le explico la situación más calmada y tu quedas cuidando a Mikasa? ¿Ningún pero? ¿No? ¡Genial! ¡Te aviso como va todo!

Al estar solos de nuevo un silencio profundo los invadió. Mikasa no tenía ganas de hablar. Se sentía avergonzada, mareada y completamente humillada. ¿Por qué lo había hecho? En el instante que Sasha le sirvió el vaso pensó que sería buena idea. Jamás había probado el alcohol con anterioridad porque eso lo hacía las personas mayores o las personas rebeldes, no era algo que...

Eso no era algo que las niñas pudieran hacer.

—¿Cerveza? ¿Es en serio? – Levi al notar que no tendría una respuesta, volvió a insistir. —¿No me vas a responder? –  Espero por un par de minutos en completo silencio. Nuevamente no tendría respuesta pero no tenia la paciencia suficiente para seguir insistiendo. —Bien, como quieras.

Eso fue el gatillange para Mikasa. ¿Por qué la hacía sentir tan pequeña?

—¿Que quiere que le diga? ¿Qué no hice nada? ¿Qué no bebí? ¿Qué me arrepiento? Eso sería mentirle.

—Me molesta que sean tan inmaduras para no visualizar las consecuencias de tus actos.

Ahí estaba de nuevo. De nuevo la estaba tratando como una niña.

—No eres mi padre para decirme que hacer o no.

—Soy tu capitán y debes obdecerme quieras o no. – su rostro había quedado cerca del suyo cuando las manos de su superior se apoyaron en los posabrazos de su silla. La había acorralado.

—Sigues sin ser mi padre.

—Creo que deberías bajarme el tono, mocosa...

—Me importa una mierda.

𝐅𝐀𝐕𝐎𝐔𝐑𝐈𝐓𝐄 𝐒𝐈𝐍; rivamikaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora