13. Ordenes

455 61 5
                                    

Cada prenda de ropa se encontraba esparcida en algún lugar dentro de la oscuridad que invadía la habitación

Deze afbeelding leeft onze inhoudsrichtlijnen niet na. Verwijder de afbeelding of upload een andere om verder te gaan met publiceren.

Cada prenda de ropa se encontraba esparcida en algún lugar dentro de la oscuridad que invadía la habitación. Sus dedos enredados entre su cabello, rastros de saliva y sudor en sus semblantes. Levi desde arriba veía el cuerpo completamente desnudo de Mikasa y por el aspecto de su rostro comprendió lo que le sucedía. Tenía sus mejillas y nariz rojas y por la expresión de sus ojos podía notar el evidente nerviosismo que estos plasmaban.

Era más que obvio que esta sería su primera vez.

—Si no estas segura podemos dejarlo para otro momento — intentó alejarse un poco para observar mejor, pero los delicados brazos de la azabache envolvieron su cuello con rapidez evitando cortar su cercanía.

—Estoy segura, por favor solo hazlo...

—No quiero que te sientas presionada. —Confesó Levi juntando su nariz con la de ella.— No te pienso hacer algo de lo que no estés segura— su cuello estaba siendo invadido por los únicos labios que conocía haciéndola perder nuevamente el control. Exhalo fuerte. El calor en su intimidad era insoportable. Podía sentirla palpitar y el desespero por calmar su calor la hizo apresar la cintura del hombre. Cerró fuertemente sus ojos al sentir la fricción de su miembro contra su zona de placer acompañado del camino de besos que Levi le deposita desde su cuello hasta sus clavículas

Necesitaba sentirlo.

—Por favor...

—¿Por favor que?

Mikasa mordió su labio al sentir las caricias de su erección moverse de arriba a abajo cerca de su entrada.

Se iba a volver loca.

—Levi...— se quejó y prosiguió a agarrarlo fuertemente del cabello para acercarlo más a ella. — Te necesito dentro de mí...— susurró en su oído rozando sus labios contra el oído del pelinegro.

—Avísame si te duele.

Mikasa asintió y unió sus labios en un fogoso beso inundado de seguridad. Fue él quien rompió el beso y se separó lentamente de ella para tener una mejor visión de su rostro para observar mejor su expresión mientras se introducía poco a poco en ella.

Agarró con fuerzas las sábanas por el dolor. Levi sostenía su peso con sus manos posicionadas a ambos lados de la cabeza femenina. De esta manera, estaba atento a todos los gestos o muecas de la joven por lo que se detuvo un momento a que ella se acostumbrara un poco a él. El dolor que al inicio parecía ser eterno, pronto se iba esfumando a la vez que su interior abrazaba la vitalidad de su supremo. Empezó con embestidas lentas y suaves, tratando de no lastimarla. Mikasa cerró sus ojos con fuerza y clavó sus uñas en la ancha espalda varonil cuando el hombre incrementó poco a poco el ritmo con el que se introducía en ella. Al principio, el dolor le imposibilitaba participar pero, una vez que la comenzó a sentirse cómoda con él dentro suyo, sus caderas se movían despacio en contra de las de su capitán. Soltó todo el aire retenido en sus pulmones cuando Levi comenzó a penetrarla más profundo y con movimientos más acelerados. Fue cuestión de tiempo cuando su ritmo se volvió más salvaje y rápido. El hombre tomó uno de sus muslos con su mano para sentirla más en cada estocada a lo que Mikasa reaccionó clavando con más fuerzas sus uñas en su piel. El colchón crujía, la cama rechinaba y sus gemidos no eran fáciles de silenciar, en especial cuando sentía sus pechos rebotar por cada embestida. Sus ojos azules se encontraban cerrados y gruñía por el gran deleite que sentía al sentir las paredes femeninas estar apretando su miembro en cada movimiento. El roce de sus cuerpos en su clítoris la estaba llevando al límite aferrándose más a él sintiendo como todos sus músculos se tensaban. El aire le faltaba, cada vez sus caderas se movían más rápido contra él y sus jadeos se mezclaban con los gruñidos masculinos.

—Vamos, correte... – su voz estaba ronca por la lujuria y Mikasa intentó contenerse pero ahogó un gemido cuando el dedo índice del azabache comenzó a moverse frenéticamente en círculos en su punto débil. – ¡Es una orden de tu capitán!

Eso había sido lo necesario para que sus uñas se clavaran con fuerza en sus hombros, por las intensas y nuevas sensaciones que su cuerpo estaba experimentando. La adrenalina con la que su corazón palpitaba a mil por hora, sus muslos se comprimían por sí solos, su vulva siendo invadida por una gran ola de calor, su respiración entrecortada y la fuerte tensión en su abdomen para luego acabar rendida en el colchón lo fue todo.

Había vivido su primer orgasmo.

Él no tardó en seguirle y en pocos minutos se encontraba recostado a su lado con dificultad para respirar al igual que ella.

———

Levi mantenía sus ojos cerrados en posición boca abajo disfrutando de los dibujos poco precisos que la joven le propinaba con la yema de sus dedos.

Mikasa observaba con detalle la ejercitada espalda masculina iluminada por la cálida y tenue luz de las velas. Deseó poder escribir su nombre en ella. Por primera vez en su vida, sintió no necesitar de nada más y que con que estar así de cerca, a su lado bastaba.

—Espero que acates mis órdenes con ese mismo entusiasmo con el que tuviste denantes—comentó él rompiendo el largo silencio entre ellos. Levi refunfuño cuando Mikasa le dio un leve apretón en su hombro. – Eso dolió, mocosa.

—Lo siento. – exclamó entre risas recostado su cabeza en el dorso aún desnudo del hombre. – Mi papá siempre decía que debía controlar mi fuerza cuando jugara con los demás.

—¿Esta es la clase de juegos que te gustan, mocosa pervertida? – Mikasa volvió a pellizcar pero esta vez más fuerte. – Lo haces una vez más y te juro que te vas...

—¿Puedo confesarle algo?— lo interrumpió de golpe. Disgustado por su comportamiento tan irrespetuoso frunció su entrecejo y resopló cansado. Por esta vez lo dejaría pasar, no tenía la energía suficiente para darle un sermón sobre la importancia de respetar a la autoridad y todo lo que eso conlleva, por lo que solo se limitó a asentir con su cabeza en silencio. – Si le soy sincera, yo lo detestaba un poco al inicio – Despegó su cabeza de su espalda al notar que el hombre tenía la intención de cambiar de posición a una que le permitiera verla de frente. Apoyó sus manos a cada costado de las caderas de su supremo quedando sus rostros a una distancia prudente para alcanzar a observar cada fragmento que lo componía.

—Dejame adivinar, ¿Fue porque golpeé a Eren en el juicio? — Mikasa se asombró, ¿Tan evidente era? — ¿Por qué estás tan sorprendida? Siempre actúas por impulso cuando se trata de protegerlo, no es un misterio que velas por su seguridad y lo más probable es que él no haya llegado tan lejos si tu no estuvieras tras él todo el tiempo. Realmente te comportas como una tétrica loca cuando...

—Es solo que no quiero perderlo. Ni a él, ni a Armin. — agachó su cabeza para ocultar su mirada. — Ellos son la única familia que me queda, si algo les pasa, no se que haría...

Ella no era una persona que se destaqué en su capacidad para expresar sus más íntimos sentimientos. Jamás le había gustado que la vieran vulnerable pero, aún así, por esta vez soltó sus miedos y los fantasmas que la atormentaban con él.

Un paso pequeño, pero el suficiente para abrirse completamente a aquel azabache.

———

Una vez más me olvidé de actualizar jejejejejeje mis disculpas

Muchas gracias por apoyar esta historia y la verdad me hace mucha gracia sus comentarios 🥺 créanme que los leo ❤️

Y por último...

OMG SON 600 VISTAS MUCHAS GRACIAS ❤️

𝐅𝐀𝐕𝐎𝐔𝐑𝐈𝐓𝐄 𝐒𝐈𝐍; rivamikaWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu