Capítulo 6.

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Katherine.

Sus labios sobre los míos, sus manos en mi cintura sostenida de esa forma posesiva, tan característico de él. Me sentía como si esto no fuera real y estas tres copas de champagne que tome antes de salir, me estuvieran haciendo mal a la cabeza, por eso me separé de él. Mis ojos grises se encontraron con los azules de Noah, su sonrisa arrogante, mi mano paso por su mejilla, delineando la curvatura de sus facciones, mi pulgar rozó sus labios hinchados. Sentí su mano tocar con suavidad la curvatura de mi cintura hasta llegar a mi trasero empujándome a estar más cerca suyo.

Irreal, pero no, él estaba ahí.

El hombre que se adueñó de mi corazón hace años y el mismo que me lástima mil veces, pero ahí estaba, otra vez entre sus brazos, olvidando el plan que había ideado hace meses con Malcom.

Noah Salvatore nubla mi poco juicio, siempre lo hizo.

— Soy real, serpiente venenosa — declara mordiendo mi labio inferior.

— No pensé ...

— Lo pensaste todo, Katherine. Cada una de tus provocaciones eran directo para mí — toma con fuerza mi mentón para que lo mire a los ojos. — Te conozco demasiado, embaucadora y venenosa, esas cosas no cambian — agrega con seguridad.

— Así me amas — afirmo.

— Amo está boca — su pulgar delinea mi labio inferior. — Debo reconocer que extrañaba besarte — acota.

— Eso es nuevo en tí — digo frunciendo mi ceño.

— ¿Qué cosa? — inquiere.

— Lo de extrañar — respondí.

— Suelo extrañar a mi familia — comenta suspirando.

Lo que dice, es como una patada en el medio de mi pecho, porque en ese concepto de extrañar solo lo hace con su familia y de mí ...

— ¿Qué haces aquí, Noah? — pregunto molesta.

— De vacaciones — declara.

— ¿Solo? — achino mis ojos al observarlo.

— Vine con compañía — acota.

Me suelto de su agarre molesta, vino acompañado y estaba acá conmigo, mientras que la otra lo esperaba. Estaba sumamente cansada de ser siempre su segunda opción, nunca me tomaba como prioridad. Soy la primera hija de mis padres, la primera nieta y sobrina de la familia Meitzner, no merezco ser segunda opción de nadie, sobre todo de él.

— Espera — me agarra de mi brazo.

— Suéltame — mascullo forcejando con su agarre.

— ¿Qué carajo que sucede? — dice tomándome del brazo de nuevo.

— Estoy cansada de todo está mierda, estoy harta de amarte y que no pueda sacarte de mi corazón ...

— ¿Quién demonios dijo que no te amo? — masculla.

— Tú me lo dices con tus jodidas acciones — digo saliendo de su agarre.

Me terminó de salir de su agarre, miro esos ojos azules que están clavados en el fondo de mi alma y con la frente en alto giro para alejarme de él. Lo amo, pero ya no quiero está mierdas en mi vida, o me amas o no lo haces.
No quiero términos medios, ya no más.

Tomando aire, coloco de nuevo mi antifaz plateado y entro al salón donde se llevaba acabo la fiesta. Amo este tipo de celebraciones, pero la sola presencia de Noah, nuevamente desestabilizó mi día, no tenía ganas de absolutamente nada, ni bailar y mucho menos ligar con alguien por despecho. Por primera vez en mi vida quería estar sola, así es como tomé le decisión de dejar todo de lado para volver a mi habitación. Sentía que debía llorar para así sacar de una buena vez todo el dolor que me producía, pero no, una Meitzner no debe derramar ni una lágrima por un hombre que no me merece.
Tengo la buena voluntad de querer avisarle a mi prima que me iba, pero cuando mis ojos la encuentran bailando con un desconocido hombre de esmoquin negro, zapatillas blancas y un antifaz dorado, decidí no molestarla, Inzie se dejaba abrazar por él, cosa que era demasiado extraño.

Locura de Amor (4° SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora