Capítulo 28.

8.8K 1.3K 127
                                    

Katherine.

Había pasado cuatro semanas desde el momento en que me enteré del embarazo, estoy empezando a cursar la semana número dieciséis y el pequeño pum ya empieza a notarse. Sigo internada en Berlín, poco a poco mi salud va mejorando, por ende también estoy cuidando muy bien a mí pequeño luz de esperanza. El que no la está pasando demasiado bien durante la internacion es Noah, ha decido comenzar con su quimioterapia y esta semana ha sido la peor de todas, lloro a su lado cuando lo veo de esa forma como si cada sesión se llevara un poco de la luz que tiene, en verdad me preocupa porque siento que en cualquier momento puede apagarse y no voy a saber vivir sin él.

Maldita enfermedad.

Como todas las mañanas, el se va a su sesión de terapia y yo a la mía. Hemos decidido pedir ayuda para que las personas que en verdad saben puedan darnos herramientas para superar cada uno de nuestros problemas. No debíamos dejar que la depresión nos gane esta batalla

Teníamos que ser fuerte por nuestro hijo.

— ¿Cómo te encuentras hoy, Kate?  — consulta Amira, mi psiquiatra.

— Mejor que ayer — reconozco suspirando. Ayer había tenido un ataque de pánico pensando que podría perder a Noah.

— No puedes generar un síndrome de dependencia con Noah. Eso atrasa lo que vamos avanzando...

— No es un síndrome de dependencia — la interrumpo molesta. — Solo sentí que mi vida se acabaría si él no esta ...

— Síndrome de dependencia — afirma la psiquiatra. — Tú debes ser la única capaz de levantarse, encontrar un motivo para vivir y lo tienes — marca mi vientre — cuando menos esperes te dirá mamá y por ese pequeño bebé mostrarás la fuerte mujer que eres — agrega.

— ¿Y Noah? — pregunto.

— Esto se centra en tí ...

— Noah y el pequeño pum son mi todo — sentencio.

— ¿Y tú donde entras en esto? — inquiere al mirarme a los ojos.

— Si ellos están bien, yo también lo estaré. Quiero que Noah se recupere para que pueda estar en la vida de nuestro hijo, deseo que todo salga bien para que seamos felices — digo suspirando.

— Necesito que pienses más en ti, que recuerdes cual eran tus sueños — ella mira su reloj. — Nos vemos en dos días — me dice dando por finalizada la consulta.

Cuando salgo voy caminando al lugar donde se encuentra la habitación donde comparto con Noah. Él me había pedido que seamos compañeros de cuarto por así decirlo.

¿Cuál eran mis sueños?

Lo que dijo la psiquiatra me tenía con dudas, siento que antes de él pequeño pum aspiraba a otras cosas, finalizar mi posgrado en finanzas, viajar por el mundo y retener a un hombre que solo le importaba más el trabajo que a yo. Pero hoy, cuatro meses después mi único sueño es que todo salga bien con mi bebé, que sea sano y feliz, mis prioridades cambiaron porque no soy la misma Katherine que piso Mykonos meses atrás.

***

Gran parte de la tarde me la pase mirando por ese gran ventanal mientras leía cosas de la universidad, estudiar lo que me gusta me hacía pasar el tiempo. Sobre todo los días donde Noah iba a quimioterapia, después de volver de su sesión estaba tan cansado que fue directo a su cama donde en estos momentos se encontraba durmiendo.

¿Cuándo estará mejor?

¿Por qué le sucede todo esto?

Quiero que le gane al cáncer como sea.

Locura de Amor (4° SAP)Where stories live. Discover now