Locura de Amor (4° SAP)

Capítulo 11.

Katherine.

Había tomado una decisión, podía estar obnubilada en mi burbuja de mentira y toxicidad, pero esto debía terminar de una buena vez, porque sabía que si seguía encantada a todo lo que hacíamos la única que saldría lastimada sería yo y nadie más.
Por eso secaba mis lágrimas mientras lo veía a él dormir, nuestro día había sido el mejor de todos, amor, sexo y más amor, nada nos importaba más que nosotros dos, pero todo tenía un fin, por eso para sanar mi alma y lo que queda de mi corazón debía dejarlo ir, desprenderme de todo lo que siento de una buena vez.

Todo dolía, no solo mi cuerpo sino mi alma.

Mi mano tocó su mejilla, mis dedos delinearon la curvatura de su mandíbula, mi pulgar pasó por sus labios y nuevamente quite las lágrimas que nublan mi vista. Está sería la última imagen que quería llevarme de Noah en mi corazón, verlo dormir tan tranquilo que parecía un ángel.

— Te amo — musito dejando un beso en su mejilla.

— Kate — murmura entre sueños mientras me salgo de sus brazos.

Después de nuestro magnífico día en la playa, habíamos vuelto a su habitación, donde nuevamente dejamos que nuestra pasión se haga parte de nosotros. Está sería la última vez que estaríamos juntos, tenía una decisión y debía seguirla.
Con mi pulso temblando escribí la última línea de esa carta donde le explicaba todo.

— ¿Señorita? — me intercepta su guardaespaldas.

— Debo buscar algo en mi habitación — miento no mirándolo en la cara. No quería que vea mis lágrimas y por eso con rapidez me metí en el ascensor para ir directo al piso donde nos estábamos quedando.

Al bajar corrí al cuarto, busqué mi celular y llamé a la única persona que necesitaba escuchar su voz.

— ¿Hija? — rápidamente me atiende.

— Papá — muerdo mi labio impidiendo que salga un sollozo.

— ¿Estás bien, Kate? — pregunta preocupado.

— Sigue en pie la oferta de ir a Alemania, quiero hacer ese master que me comentaste — digo.

— ¿Esto es por Noah o por ti? — dice sin rodeos.

— Es por mí, no quiero sufrir más por él y necesito alejarme de todo — le pido.

— Había mandado igual la solicitud de tu matriculación ...

— Me voy ahora para Berlín — sentencio secando mis lágrimas.

— ¿Y tus vacaciones? — pregunta sorprendido.

— Necesito irme papá, ellos me van a entender y no les estoy pidiendo que terminen sus vacaciones, solo les digo que me iré, mientras ellos sigan los planes que ya teníamos — contesto secando mis lágrimas.

— Kate, estas decisiones no son para tomar de esta forma — suspira.

— Si me quedo, otra vez él terminará de romper mi corazón y no quiero que lo haga, soy la única que sufre siempre — digo sin poder contener mis lágrimas y rompo en llanto.

— Te mando el avión, no llores más — me suplica.

— Necesito que borres todo rastro y huellas, no quiero que me encuentre — le pido mientras empiezo a guardar todo en mi equipaje.

— Está bien, en unos segundos te mandaré la ubicación a dónde debes ir y a qué hora estará el avión para abordar — dice mi padre.