Locura de Amor (4° SAP)

Capítulo 7.

Noah.

¿No merecía su amor?

¡Ja!

Katherine miraba lo que le convenía, no le alcanza con mis palabras dónde le digo que la amo y con la jodida acción de que vine por ella hasta este país para evitar que siga haciendo lo que está haciendo. No valora nada, solo reclama y exige cosas que no puedo darla, si en verdad fuera egoísta como tanto dice que soy, me importaría todo una mierda y la llevaría a Rusia conmigo, exponerla al peligro, pero no, no quiero que nada malo le suceda, por eso prefiero que este en Chicago resguardada con su familia.

La mafia no es un lugar para una chica como Katherine, inmadura y caprichosa. Las mujeres de la Bratva son letales, peligrosas y están listas para desafiar cualquier situación que las ponga en peligro.

— ¿Sasha? — llamo a mi amigo cuando entro a la habitación presidencial que está usando en el hotel.

Lo mejor siempre para el futuro líder de la Bratva.

Veo a mi mejor amigo que estaba hablando con su celular y me hace señas para que me siente dónde está el desayuno. Tomo lugar en ese gran balcón contemplando un poco el paisaje de Mykonos. Nunca estuve en esta ciudad, si en Santorini, pero hace unos años atrás, fue el último viaje de amigos que hicimos con Sasha y el traidor de Cayden. Después de esa aventura cada uno se separó, bueno elegimos caminos completamente diferentes.

— ¿Viste a Ignati? — miro a Hunter que se apoya en la baranda a mi lado.

— No tengo idea — contesto suspirando.

La verdad ni me importaba por dónde se haya metido la rata de laboratorio, por mi se puede volver a Rusia y encerrarse en su laboratorio.

— Anoche bailó con Ellie y después la dejo sola en el medio de la pista — acota su hermanastro.

— Tan Ignati que no me sorprende — digo negando mi cabeza.

— ¿Qué tal su noche? — escuchamos la voz de Sasha.

— ¿Con quién hablabas? — inquiero al sentarme en una de las sillas.

— Viktoria, ella acaba de llegar a Chicago — responde al sentarse en su lugar.

— ¿Quién es Viktoria? — consulta Hunter sirviéndose una taza de café.

— La psiquiatra de Cayden Salvatore — dice haciendo que gruña.

— ¿Por qué ayudas a ese traidor?  — mascullo.

— Primero que nada a mi no me hizo nada y segundo, Cayden sigue siendo mi amigo, necesita demasiado ayuda y estoy dispuesto a ayudarlo — declara haciendo que ponga los ojos en blanco.

— ¿Viste a Mackenzie? — consulta Hunter cambiando de tema.

— Sí — sonríe.

— ¿Te reconoció? — soy el que pregunta.

— No, creo que no. Está confundida ...

— Espera no le dijiste ...

Nuestra conversación se ve interrumpida cuando escuchamos a Ignati entrar maldiciendo y tocándose el lado izquierdo de sus costillas.

— ¿Estás bien? — pregunta Sasha a su primo.

— Me acabo de cruzar con Mackenzie y Faith, ya sabe que estás aquí — le responde.

— Arruinando sorpresas de tiempos memorables — acoto rodando sus ojos.

— En realidad buscan a Noah, pero Inzie preguntó si estabas aquí — comenta al sentarse a mi lado.