Locura de Amor (4° SAP)

Capítulo 22.

Chloe.

El instinto de madre nunca falla, sabía que algo sucedía y esa tardanza de Katherine en el baño solo me alertaba. Cuando la encontré desmayada en ese disminuto cubículo casi sentí que iba a morir en ese preciso momento, ella estaba pálida, su nariz y cabeza sangraba producto del golpe. Mi niña no se encontraba en su mejor estado, desde hace tres meses y llevarla en esa ambulancia en esas condiciones fue uno de los peores momentos que viví como madre. Una parte de mi agonizaba en silencio mientras nadie era capaz de informanos sobre cómo se encontraba. Las horas se hacían eternas y el apoyo de mi cuñado no servía, necesitaba a mi esposo a mi lado para que me de esa seguridad que todo estará bien.

Ser madre es tan difícil, amo a mis tres hijos, solo que a veces siento que no hago mucho por ellos.

— Familiares de Katherine Meitzner — nos llaman.

— Soy su madre — respondo con rapidez.

— Su hija presenta un cuadro extremo de deshidratación, tiene un gran hematoma en su cabeza y por el bajo peso diría que es bulimica, eso no la ayuda en nada con su embarazo....

— ¿Embarazo? — pregunta mi cuñado a mi lado.

La doctora revisa los papeles que tiene en su mano. — Si, los análisis de sangre dieron que ella está embarazada — nos responde tomándonos por sorpresa.

Depresión, bulimia y ahora un embarazo, ni siquiera sabía que decir respecto a todo.

***

Katherine.

Ruidos.

Voces.

Más Ruidos.

Solo quería dormir y no despertar más.

— ¿Cómo está hoy doctora? — escucho.

¿Esa es la voz de mi papá?

— Su estado sigue siendo crítico — le responde.

Las voces se hacen más lejanas y todo a mi alrededor se vuelve negro.

***

¡Ese maldito ruido!

Otra vez esos ruidos no me dejaban dormir, estaba molesta porque quería seguir durmiendo, pero el martirio de esa alarma impedía que lo haga. Lentamente empecé a abrir mis ojos, la luz de la lámpara justo deba de lleno sobre mi cara y me hace quejar por la intensidad que maneja. Sentia como un entumecimiento en todo mi cuerpo que me hace volver a quejarme.

— Kate — escucho que me llaman.

— ¿Papá? — inquiero enfocando bien mis ojos para encontrarme con el rostro de mi padre.

— Mi niña — murmura tomando mi mano y llevando a su boca para dejar un beso. — Al fin despertaste, cariño — agrega emocionado.

— ¿Dónde estoy? — consulta con dudas.

Observo mi alrededor, dándome cuánta que no conocía este lugar para nada.

— Hace tres días te desmayaste en el baño y golpeaste tu cabeza — me cuenta tomándome por sorpresa.

¿Dormí tres días seguidos?

Por inercia llevo mi mano a la cabeza sintiendo dolor y miro los ojos de mi padre con preocupación.

— No recuerdo nada — acoto.

La verdad no recordaba ese momento y tampoco tenía idea de que fecha era, solo sabía que dormi tres días consecutivos...