Epílogo.

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Noah.

Chicago.

Un año después.

Después de varios meses volvíamos a la ciudad para festejar dos cosas, el primer año de mi hijo y que la serpiente venenosa había concluido con honores su máster de administración. Todas buenas noticias, además que hoy haría algo para poner más feliz a mi chica, ansio llamarla mi esposa.
Solo tuve que hablar con la persona indicada para que pueda darme un solo consejo para tomar esa decisión, mi padre tiene siempre la palabra para el momento justo. Tenía razón, para que esperar si estaba convencido que mi vida la quería a lado de ella, no imagino nada sin Kate, así que por eso apostaba con todo a ello, a nuestra linda familia de tres.

Después de tomar esa decisión, solo fue momento de hablar con mi prima, Faith, es la encargada de la empresa de organización de eventos que antes manejaba, la tia Francesca. Así que después de ponerme con ella, solo me dijo una sola frase, déjalo en mis manos.

Se lo grandiosa que es, confío en su criterio.

— ¿Qué te tiene tan pensativo? — escucho que me habla Kate.

— No puedo creer que haya pasado un año de todo — contesto.

— Un hermoso año — afirma mirando el asiento de atrás donde Cadin iba dormido en su sillita de bebé.

En este tiempo descubrí otra persona dentro mío y eso fue gracias a mi hijo. Mi pequeño guerrero de ojos grises fue nuestra salvación, el motor de nuestra vida.

Soy un padre presente, cuando desperté de coma y pude cargarlo en mis brazos por primera vez, le hice la promesa que nunca me perdería ni un segundo de su vida. Así que además de presente, me declaró también bastante intenso en la forma de su crianza, después de todo es una pequeña versión combinada de Kate y mía, se que me dará fuertes dolores de cabeza en un futuro.

— ¿Ansiosa de ver a la familia? — consulto.

— Sabes que no nos quieren vernos a nosotros, solo al pequeño consentido — me recuerda con una gran sonrisa.

Nuestro hijo es el primer bisnieto, nieto y sobrino de ambas familias, tiene un séquito de locos que babea por él.

— Bueno es nuestro momento de tomarnos vacaciones, tiene muchos pares de brazos y locos para que lo cuiden — bromeo.

Cuando llegamos a la casa de mis padres, ambos estaban afuera esperando con ansiedad nuestra llegada, mejor dicho esperaban ansiosos ver a su amado nieto.

— Creció mucho — comenta mamá cuando abrimos la puerta de atrás para bajarlo.

— Mami — se queja en los brazos de Kate.

Debíamos dejarlo dormir, porque si se levanta es un dolor en el culo con su mal genio, si eso lo había heredado de mi.

— Bienvenido a casa, hijo — dice mi padre palmeando mi hombro.

— Te lo robo — escucho que dice mamá mientras carga a su nieto que seguía durmiendo.

— Un gusto verlo de nuevo, señor Ethan — saluda mi chica.

— El gusto es nuestro de tenerlos en casa, felicitaciones por tu graduación — acota papá haciendo señas para que entremos a casa.

Llevamos un almuerzo tranquilo, siendo Cadin el centro de todo, mis hermanos tenían sus minutos para consentirlo antes que el resto de la familia llegue y se pase en brazo en brazo.

— ¿Qué harán ahora? — pregunta mi padre cuando salimos al jardín los dos solos.

— Por un tiempo nos quedaremos en Chicago, ya sabes el porqué — le guiño el ojo con complicidad.

Solo papá y Faith sabían que le pediré matrimonio a la serpiente venenosa.

— Me alegra escuchar eso — sonríe. — ¿Hoy será? — consulta.

— Si por la noche — suspiro. — Estoy nervioso ...

— Es normal, es un nuevo comienzo — acota.

— Sabes que de pequeño la odiaba, sus dibujos, el constante acoso que recibía de ella — mi padre se ríe.

— Lucho hasta que logro su objetivo — comenta divertido.

— Pensar que no quería ir a esa cena — niego mi cabeza divertido.

Todo esto comenzó cuando ella tenía dieciséis, en su cumpleaños mejor dicho, cuando todos en complicidad me obligaron a que sea su regalo y cene a su lado. Ese beso lo cambio todo, me volví adicto a su veneno, pasaron tantas cosas que nadie podría imaginar que después de tanto terminaríamos juntos, siendo padres y felices.

— ¡Noah! — escucho su grito provocando que entre a la sala preocupado y ella me hace señas para que observe como Cadin se ponía de pie.

Un jadeo sale de mi boca.

Lo veo mover primero un piecito y luego el otro.

¡Mi dios!

¡Cadin acaba de dar sus primeros pasos!

— Crece muy rápido — murmuro arrodillado esperando que él se acerque a su padre.

Ni por todo el oro del mundo cambiaría esto.

Mi locura de amor fue ir detrás de ella a Mykonos, ahí nos reencontramos y empezó todo de nuevo. La vida nos puso muchos desafíos y después de tanto terminamos siendo un gran equipo, una pareja estable que tiene sus días, pero que no puede negar que se ama como lo hace.

Somos el ejemplo que sin importar que tan mierda puede ser la vida, siempre hay un motivo para nunca rendirse, Cadin fue el nuestro, le debemos mucho a ese pequeño consentido.

Nuestra vida no sería lo mismo sin él.

Amo a Katherine y a nuestro hijo, no imagino mi vida sin ellos, lo malo ya lo pasamos ahora solo nos queda vivir los buenos momentos de un intenso futuro que nos espera juntos.

La vida suele ser muy dura, pero vale la pena pasar cada obstáculo, soy un sobreviviente de eso.

Nunca lo olviden, siempre hay un motivo para luchar, no rendirse porque después la recompensas son hermosas, yo la tengo y me siento orgulloso cuando mis ojos observan a lo más hermoso de mi vida, mi familia.







Locura de Amor (4° SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora