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Quedó fea la T AAAAH

Estaba tirado en el piso, boca arriba, acostado bajo un gran rayo de sol, aprovechando su calor

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Estaba tirado en el piso, boca arriba, acostado bajo un gran rayo de sol, aprovechando su calor. Sus respiraciones lentas hacían que su pecho suba y baja levemente con suavidad, de no ser por ese movimiento, probablemente creerías que está muerto, por la manera en la que se mantenía tan tieso sin cambiar de posición.
Pronto se estiró, tanto que logró hacer su cuerpo temblar por unos segundos antes de volver a la normalidad, se dió vuelta, para quedar boca abajo. Por primera vez desde hace unos minutos, abrió los ojos, observando a sus amigos.

- ¿En serio, weon? - Chile dijo con algo de molestia - ¿En frente mío? -

Le estaba hablando al mexicano, que estaba tomando las hojas de un árbol y comiendolas, claro, eso no era nada importante para el resto, pero para el chileno era horroroso esas hojas eran como sus amigos.

México, después de mostrar una cara de enojo, tomó un puñado de hojas de una rama y las arrancó de un tirón, para luego llevarselas a la boca y masticarlas lentamente, mirando directamente al ninfo de flora.

- Adivino, aún estai' enojado por ese conejo - El de la estrella puso los ojos en blanco

- ¿¡Y tú qué te esperabas, cabron!? - Gritó el ninfo de fauna

- Eri' un poco hipócrita - Dijo el contrario, manteniendo completa calma más allá de los gritos - No puedes enojarte porque me coma uno de tus animales cuando TU te comi' mis plantas -

- ¿Que quieres que haga? ¡No puedo comer animales! - Siguió gritando

- ¡Y yo no puedo comer plantas! - Refutó

- ¡Guadalupo era importante para mí! - Dijo el del águila - Cuando era chiquito se perdió y yo lo encontré y lo llevé con su madre, pero su madre lo rechazó, entonces yo lo cuidé hasta que ya estuvo mayorcito y se podía cuidar solito - Contó la historia que la habían escuchado Miles de veces, era una de las anécdotas favoritas del mexicano - ¡Yo era como su madre, cabron! ¡Te comiste a mi hijo! -

Los dos ninfos siguieron discutiendo, uno de manera más agresiva, mientras que el otro hablando de manera calmada y suave, aún que aún notandose un pequeño tono irritado en su voz.

Mientras tanto, el argentino miraba lo que pasaba, llevando sus ojos de un país al otro como si de un partido de tennis se tratase, a pesar de que no sabían lo que era el tennis...
Tenía una cara neutra, no mostraba nada en particular, ni miedo ni sorpresa, eso era algo normal para él, a ese punto era una manera de entretenerse.
Pero ya era como todo el resto de cosas, lentamente, mientras el tiempo pasaba, todo se volvía...

Aburrido

Esa era la mejor manera de describirlo, aburrido.
Cada día que pasaba, todo se volvía cada vez más aburrido.
Desde su nacimiento, una vez que descubrieron todo lo que tenían para descubrir, la vida se volvió una rutina repetitiva en donde nunca pasaba lo mismo, más todo se sentía igual. Era algo extraño.
Claro, habían pasado cosas distintas en todos esos años, cosas no tan felices que cambiaron toda la manera en la que vivían, pero eso fue algo que solo los cambio por unos meses antes de volverse una rutina otra vez, una nueva rutina.
Igual de aburrida, solo que ahora una más triste.

Los ninfos (CanArg)Where stories live. Discover now