Los ninfos (CanArg)

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Del muerto silencio había pasado a ese silencio majestuoso que era apenas roto, pero cada leve sonido llenaba de sensaciones su mente silenciada.
Respiraba abriendo la boca para absorber cada aroma que había olvidado con el tiempo perdido y que ese aire fresco llenara sus pulmones después de pasar años sintiéndose ahogado.
El sol le acariciaba la piel y derretía su corazón que había quedado congelado en el frío de esa jaula.
OH, y la luz... la bella luz natural, nada de esas lamparillas rotas que le lastiman la vista.

Por más que tratara de evitarlo, no pudo hacer nada cuando la emoción se le acumuló en la garganta y se le empezaron a escapar unas lágrimas.

Rió cuando una corriente de aire le recorrió el cuerpo, como juguetón y emocionado por verlo, le voló el pelo y lo empujó pero Perú no dejó de reírse.

- Sí yo también te extrañé - Dijo en energía jovial, disfrutando la compañía del viento viejo amigo

Cuánto tiempo sin sentir sus brisas contra él, lo encerraron en un lugar sin puertas ni ventanas en donde el viento parecía nunca haber existido... extrañaba su voz aireada.

Miró al frente, a la floresta frente a él y la que lo rodeaba, sabía bien que estaban chismeando sobre su llegada.
De vez en cuando algún que otro animal se paraba a observarlo, dudando entre mostrarse hostiles o confiados, claro, había desaparecido hace tantos años que probablemente ningún animal allí lo reconocía, pero su apariencia de ninfo era notable.

Otra vez sus ojos brillaban con esa dulzura que había dejado atrás para defenderse de sus atrapadores tiempo atrás.

- Volví a casa... -

En el claro embarrado del bosque se había formado un pequeño grupito, Chile charlaba tranquilo y respondía preguntas de los tres hermanos... o bueno, dos de ellos en realidad.

USA estaba un poco más alejado, observando atento a México... el ninfo estaba lejos del grupo, casi oculto entre árboles y de vez en cuando tirandoles miradas desconfiadas mientras abrazaba un peluche que estaba seguro solía ser de Canadá.

Llevaba tiempo mirándolo, para ser sincero... alimentaba su curiosidad.

Respiró profundo, insultándose mentalmente por la idea que acababa de tener, y después caminó hacia el mexicano. México se giró hacia él al instante, claramente tenso y preparado para atacarlo si era necesario.

- Hola - Saludó con tímidez, tratando de verse lo menos intimidante posible

México lo escaneó con la mirada por unos momentos de silencio, y USA suspiró aliviado cuando lo notó calmarse un poco.

- Gracias por, umm... dejar que nos quedemos - Le agradeció

- Yo no los quiero aquí, vete a agradecerle a Chile. - Replicó el otro tan seco que incluso USA se sintió deshidratado