Para mi Flor © ✔️

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9 de Abril

Hola, princesa.

¿Por qué no me lo dijiste antes?

¿Quieres que te confiese algo? No estoy enamorado de ti solamente porque tus ojos son preciosos y tus labios rosas tientan a cualquiera. No estoy enamorado porque tu cabello oscuro enmarca a tu rostro o porque eres terriblemente atractiva. He notado el gran corazón que hay debajo de esa envoltura.

Estoy enamorado de la disposición que tienes para ayudar a los demás, la amabilidad y paciencia con la que atiendes a otros.

¿Quieres que te diga por qué me fijé en ti? Llevabas una semana en la empresa y tu jefa fue injusta contigo por una tontería. Te avergonzó solamente porque colocaste una tilde en un lugar donde no iba y permitió que todos se rieran de ti. Tú no dijiste absolutamente nada, solamente continuaste trabajando con la mandíbula contraída.

Jamás olvidaré ese día porque te vi por primera vez.

Admiré tanto tu valentía que, automáticamente, caí rendido a tus pies sin que lo supieras.

Nunca más quiero que pienses que eres una mala persona por situaciones que no tenías cómo controlar... nunca más.

Nadie merece crucificarse por simples errores, eres humana y tienes derecho a equivocarte. A levantarte para empezar de nuevo.

También cometí muchas equivocaciones en mi adolescencia, mis abuelos sufrieron demasiado por mi culpa. Yo no hacía más que tirarme en las esquinas para beber alcohol, para olvidar que mis padres habían muerto y que yo debía de haber muerto con ellos; pero no morí y me sentía miserable.

Recuerdo que una vez me coloqué delante de un barandal y miré hacia abajo, donde un montón de vehículos circulaban a velocidad luz. Hubiera sido tan fácil tirarme de ahí, lanzarme al vacío y huir de mi realidad. Pero en ese instante, justo cuando iba a hacerlo, algo cambió dentro de mí. Y me sentí avergonzado por todo lo que había hecho, me sentía la persona más asquerosa y egoísta del mundo. Esa misma tarde me enteré de que iba a ser padre.

Aprendí que la vida se basa en eso: en encontrar los detalles buenos en las cosas malas.

No conocí a tus padres y, sinceramente, no quiero hacerlo nunca. Si ellos no supieron ver ese brillo tan intenso que te rodea, entonces no los tomes en cuenta. Al menos no permitas que eso te dañe.

Hace unos días te dije que daría todo por ser él, hoy te digo que no quiero serlo.

Ese hombre es una completa porquería y no merece siquiera que pienses en él.

Hay una canción que alguna vez escuché y que no recuerdo justo ahora. En pocas palabras decía que la vida se compone de capítulos y a veces se pierden personas en las historias; pero en este caso, él es el que perdió al perderte.

Eres mía aunque aun no lo sepas, Flor.

Desearía poder besar cada lágrima que derraman esas dos estrellas que tienes por ojos.

Un jardinero que te ama.

De: Flor Betancourt «floripondia89@gmail.com»

9 de Abril

Para: Tu jardinero favorito «paramiflor@gmail.com»

Asunto: Me siento tan eufórica que podría correr una milla.