Que bello está mi jardín todo cubierto de flores.
La brisa, dándole vida.
El sol, dándole calor.
Y el jardinero que es Dios, cuidándolas con amor.
Para que vea su amor inunda mi corazón de una inmensa alegría, cuando veo en cada flor, un testigo del Señor. Testigo de su presencia es esa inmensa alegría, es Dios el que me la envía y mi corazón la siente, solo con mirar las flores y respirar ese olor, que Dios va poniendo en ellas para sentirlo mejor.
El olor de los jazmines es penetrante y muy fino.
¿Qué decir del azahar?
Es el olor de la tierra donde nacen esos frutos de sabor tan exquisito. Con solo salir al huerto lleno de flores y frutos, puedo sentir la presencia del Señor, aspirando los aromas que le pone a cada uno.
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Recuerdos de mi jardín
SpiritualRecuerdos de un verano, en el jardín de mi pueblo. Que en un principio era un pequeño bosque, triste , descuidado y sin dueño. En ese momento sentí que me daban la bienvenida ( las flores, plantas ,los arboles, el sol, la luna, las montañas...) Mi...