12.EL OLOR.

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Qué cosa tan misteriosa es el olor de las flores, cada una por su olor, se distingue de las otras.

Qué misterio es el olor que penetra los sentidos.

¡Qué belleza de color!

¡Qué humildad¡

¡Qué sencillez!

No presumen del olor que les ha puesto el Señor.

¿Quién les ha puesto el olor?

¿No fue el que las creó?

Que torpes somos los hombres, que a todo le damos nombre, buscando una explicación.

¿Quién nos explica el misterio que se encierra en el olor?

¿Ese olor tan exquisito que se encierra en una flor?

Poca fe es la que tenemos, si no olemos al Señor, encerrado en el perfume de alguna pequeña flor, que la tenemos delante sin ver a su Creador.

¿Quién puso en ella el olor?

¿No fue acaso su Señor que fue el que la creó?

Las creó tan exquisitas que puso en ellas su olor. Y las hizo tan bonitas que en ellas se recreó. Pintándolas de colores y derramando su olor.

Para que, al verlas a ellas, podamos ver al Señor. Que nos mostró su belleza en toda la creación. Y al llenarla con sus flores, y con su exquisito olor. Diéramos con el Autor de toda la Creación. Y cantar las maravillas que a nuestro lado plantó, para deleite del hombre, que, lo mismo que las flores, a su imagen lo creó, para disfrutar de todo lo que creó el Creador. Y para que el hombre viera que lo hizo por amor, por ese amor a los hombres, que hasta su vida les dio, clavado y muerto en la cruz. Y tan solo por amor. Para salvar a los hombres que no creen en su amor.

 Para salvar a los hombres que no creen en su amor

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Recuerdos de mi jardínWhere stories live. Discover now