28,Despedida.

3 1 0
                                    

  Se acaban mis vacaciones y ya me tengo que ir, con mi maleta a otra parte donde yo suelo vivir. Y como el día me quiere, al acostumbrase a mí al verme todos los días, hoy tiene la cara triste, y él, me despide así.

Las nubes cubren el cielo que se ve de color gris, el sol no asoma la cara, no se quiere despedir, porque sabe que nosotros nos volveremos a ver, aunque sea con otra cara, ¡quizás más fresca!, después.

Tal vez nos saludaremos, y me dará su calor, cuando encuentre una recacha donde no entre mucho el viento que corre todo el invierno, enfriándole la cara y quitándole el calor.

Y con la cara más fría porque se acerca otro tiempo, aunque no me vea de frente me saludará lo mismo porque es un buen amigo. Y me mandará su luz aunque no dé en mi ventana.

Él sabe a quién me recuerda y lucirá para mí, y cuando me vea en la calle y quizás vaya deprisa, su calor dará en mi cara, recordándome los días que vivimos tan felices, en Talará, que es mi pueblo, cuando él cada mañana entraba por mi ventana y su luz me saludaba.

O cuando estaba en mi huerto hablando con el Señor, y yo no me quería ir antes de verlo salir, y ver cómo transformaba a las cosas que tocaba.

Aunque su luz es menor que la de su Creador, pero de él la tomó, y cuando empieza a salir, el mundo que vive a oscuras, ¡de pronto!, siente su luz y se llena de colores, igual que hace el Señor cuando nos manda su gracia e ilumina el corazón, y lo viste de colores más bellos que los del sol.

Hasta pronto, hermano sol, nos volveremos a ver si el Señor así lo quiere.

Mañana, quizás, ¡tal vez!

  Mañana, quizás, ¡tal vez!

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Recuerdos de mi jardínWhere stories live. Discover now