Se acaban mis vacaciones y ya me tengo que ir, con mi maleta a otra parte donde yo suelo vivir. Y como el día me quiere, al acostumbrase a mí al verme todos los días, hoy tiene la cara triste, y él, me despide así.
Las nubes cubren el cielo que se ve de color gris, el sol no asoma la cara, no se quiere despedir, porque sabe que nosotros nos volveremos a ver, aunque sea con otra cara, ¡quizás más fresca!, después.
Tal vez nos saludaremos, y me dará su calor, cuando encuentre una recacha donde no entre mucho el viento que corre todo el invierno, enfriándole la cara y quitándole el calor.
Y con la cara más fría porque se acerca otro tiempo, aunque no me vea de frente me saludará lo mismo porque es un buen amigo. Y me mandará su luz aunque no dé en mi ventana.
Él sabe a quién me recuerda y lucirá para mí, y cuando me vea en la calle y quizás vaya deprisa, su calor dará en mi cara, recordándome los días que vivimos tan felices, en Talará, que es mi pueblo, cuando él cada mañana entraba por mi ventana y su luz me saludaba.
O cuando estaba en mi huerto hablando con el Señor, y yo no me quería ir antes de verlo salir, y ver cómo transformaba a las cosas que tocaba.
Aunque su luz es menor que la de su Creador, pero de él la tomó, y cuando empieza a salir, el mundo que vive a oscuras, ¡de pronto!, siente su luz y se llena de colores, igual que hace el Señor cuando nos manda su gracia e ilumina el corazón, y lo viste de colores más bellos que los del sol.
Hasta pronto, hermano sol, nos volveremos a ver si el Señor así lo quiere.
Mañana, quizás, ¡tal vez!
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Recuerdos de mi jardín
SpiritualRecuerdos de un verano, en el jardín de mi pueblo. Que en un principio era un pequeño bosque, triste , descuidado y sin dueño. En ese momento sentí que me daban la bienvenida ( las flores, plantas ,los arboles, el sol, la luna, las montañas...) Mi...