POV - SHANTAL BRACOVICH

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CONMIGO TE IRÁ MEJOR

La persona que más admiro del internado es el profesor de literatura

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La persona que más admiro del internado es el profesor de literatura. Su nombre es Gabriel y es el único adulto en el que puedo confiar. Abril acompañó mi clase, quedamos en el mismo curso. Parece afligida por tener que compartir el mismo aire con nosotros. Perdió el control a pocos minutos de haber entrado y salió del salón. Ahora mismo estoy en clases de teatro, sorprendida de que haya decidido venir.

—Lamento la tardanza... bueno, en realidad soy el único que tiene permitido llegar tarde —Son las primeras palabras del profesor Alejandro Tierra, excéntrico, elocuente, inspirador.

—Claro, bonita lógica —dice Aaron arqueando sus cejas.

—¿Dijo algo, señor Cevallos?

—Solo alababa su profesionalismo —se excusa.

—Le hará falta más que eso para aprobar, teniendo en cuenta sus escasas virtudes para la actuación.

—Tal vez no me ha mirado bien. Considero que soy todo un artista. ¿Qué opinan ustedes? —pregunta al resto de la clase y los hombres como Juan Pablo no lo soportan, pero las mujeres —menos Lucía—, enseguida asienten.

—Joven, sus admiradores podrán decir que usted es Johnny Depp, pero para mí seguirá siendo peor que un actor de novela —Lo mira con desdén y se dirige a la clase—: No hay tiempo que perder. Forménse en parejas. La persona que elijan trabajará con ustedes durante el curso. Ustedes tres —dice, dirigiéndose a Adonis, Daphne y a mí— no se pueden poner juntos. Quiero que utilicen sus talentos para ayudar a otros. ¡Tienen cinco minutos, los dejaré solos! —Sale a fumarse un cigarrillo. Su hábito lo hace dejarnos solos al menos dos veces por clase por algunos minutos.

—¡Hey, chica nueva! —Aaron se monta sobre las tablas del escenario y se dirige a Abril—: Nadie te ha dado una bienvenida real, son unos maleducados. ¡No llegan mujeres tan bonitas, así como así! ¡Sin ofender a las demás! —Ella no contesta, sigue inmersa en su móvil—. ¡Fantástico! Veo que hablas poco ¡una cualidad que casi ninguna mujer tiene! —bromea Aaron, y se escuchan algunas risitas—. ¿Quieres ser mi pareja de teatro? —pregunta finalmente, sin atisbo de vergüenza, algo que por supuesto, no existe en él.

—Eh... —Abril guarda su móvil y por primera vez mira a Aaron.

—¡Me subí aquí, expuesto al ridículo solo por ti, Abril! Es ese tu nombre, ¿no? —Ella asiente con la cabeza—. ¿Qué dices? ¿Aceptas?

—No me parece apropiado —intervengo por impulso.

—¿Por qué?

—Porque eres pésimo actor y la harás reprobar.

—Jamás repruebo —aclara y tiene razón, pero no me importa.

—Nunca he hecho teatro —contesta Abril, levantándose y acercándose a nosotros—. No creo que me haga mal aceptar estar en un grupo con él —dice, alzando sus hombros en señal de desinterés.

Quinientas veces tu nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora