POV - SHANTAL BRACOVICH

2.3K 98 29
                                    

SE TRATA DE DAR EL SALTO

Entro tarde a clases de Historia de las Ideas, pero no hay regaño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Entro tarde a clases de Historia de las Ideas, pero no hay regaño. Mis compañeros están parados alrededor de una bicicleta vintage, color azul pastel con un lazo sobre el volante. La quería desde hace años y Stephen la compró para mí porque no puede dejar de sentirse culpable al saber que le gusta Daphne y también yo. Cojo la bici y me apresuro a llevarla a mi cuarto.

—Bonito obsequio —musita Abril cruzándose conmigo cuando estoy empezando a subir las escaleras, un poco liada—, déjame ayudarte —Agarra la bici con ambas manos, sin mayor esfuerzo.

—Gracias.

—Tranquila que mi ayuda tiene un precio —me contesta desafiante, mirándome los labios.

—No hagas eso.

—¿Qué cosa?

—Mirarme de esa forma —contesto y automáticamente desvío el tema—. Tenemos que darnos prisa o no llegaremos a la clase, aunque bueno, tu apellido es impuntualidad.

—¡Vaya! Hoy la simpática eres tú —Llegamos hasta mi cuarto y Abril deja la bici sobre la pared—. ¡Ahora me vendría bien un masaje! Es lo menos que puedes hacer por mí —Se toca los brazos con exageración.

—¿Con que mucho dolor?

—Horrible... mis pobres brazos. —Su actitud teatral hace que sonría involuntariamente.

—Mira que si no fueras más deportista que todos los hombres del internado hasta te creería, pero cuéntame, ¿qué desea la niña por ser tan fuerte?

—Que te saltes la clase y vengas conmigo. ¡Tengo que mostrarte algo! —Toma mi mano guiándome hacia el patio. Nunca me he saltado una clase, pero hoy será la primera vez. Camino intentando sacar de mi mente la imagen de nuestro último encuentro, pero es imposible. —¿Y esto?

—¡Me la regaló mi padre! ¿Sabes lo que significa? —Las facciones de Abril delatan que no puede estar más feliz.

—Que serás la envidia de muchos, porque mira, que guapa y además con una moto espectacular... Eres un partidazo. —No sé por qué digo eso.

—¿Te he dicho ya que me encanta cuando dices algo y luego te arrepientes? Te entiendo, no puedes evitar tontear conmigo. Shantal Bracovich, ¿estás lista para el mejor día de tu vida? —Me entrega el casco y no sé cómo es que me estoy sintiendo atraída por ella, pero se ve sexy incluso con esa carita de "por favor, por favor, por favor" y sé que no debo, que no puedo, que no es lo que debería. Que estoy rompiendo la regla.

—¡Es imposible decirte que no! Damos una vuelta y volvemos ¿vale? —respondo, atraída por lo incorrecto y dejando a un lado, lo que «debería» por lo que «quiero».

Quinientas veces tu nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora