POV - ABRIL SALVAT

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ENCONTRARLA

Corro al salón con la esperanza de que el profesor Gabriel tenga buenas noticias, pero cuando nos pide tener calma, sospecho lo peor

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Corro al salón con la esperanza de que el profesor Gabriel tenga buenas noticias, pero cuando nos pide tener calma, sospecho lo peor. Le da a Lucía una carta que Shantal ha dejado para sus amigos y al ver mi impaciencia, me lleva a un lado para entregarme la mía. La imagen de su cuerpo sin vida desestabiliza mi sistema. Aaron zarandea mis hombros para que salga del shock. Stephen comienza a tumbar las mesas como un loco, mientras Daphne intenta calmarlo y termina acunándolo en sus brazos. Adonis dice que no es cierto, que es imposible, que ella no puede estar muerta y yo decido que no voy a escuchar más.

—Voy a ir por ella —les digo y Aaron me impide el paso.

—¿No escuchaste a Scortza? ¡Nos tienen encerrados!

—¡Me da igual! Buscaré la forma de salir.

—Pondrás en riesgo tu vida —espeta Gabriel.

—¿Ya no estamos en peligro? ¡Rodeados de psicópatas!

—¿Y qué se supone que debo hacer yo? ¿Me vas a dejar solo con todo esto? —Aaron suena enfadado, pero no me interesa.

—¡Sé el presidente! Mantén al margen a la fraternidad, calma el desorden y evita un caos —le respondo sin saber de dónde estoy sacando la fuerza. Lucía no para de llorar, y mis lágrimas ni siquiera aparecen. No está muerta. No puede estarlo.

—Mantén la posibilidad de que Shantal se haya ido —me dice Gabriel sin rodeos, y no. No voy a mantener esa posibilidad ni tampoco la conversación. Así que empujo la puerta con fuerzas preparándome para encontrarla. Porque lo supe cuando salté al agua. Algo no me encajaba, algo iba a salir mal. Tuve un presentimiento y no me equivoqué.

No puedo dejar de leer su carta. No importa quién es mi madre o la red de mentiras que hay sobre nosotros. Me da igual que mi padre sea más mierda de lo que pensé. Lo único que importa es que Shantal ha estado presa de algo que la supera y que no hice nada para ayudarla.

Lo que creíamos ha sido una farsa y lo que tratan de imponernos va más allá de una difícil decisión. ¡Nunca me lo dijo! Le dije que dejara nacer a la nueva Shantal, sin darme cuenta de que la nueva es parte de un experimento y fue creada para matar. La he cagado tanto en mi vida, que no pensé que podría cagarla también en la vida de otra persona, de la única persona que he querido. Al final, la caja de pandora terminé siendo yo.

Cuando Demian me sacó del internado para montarme en la camioneta que me traería a Renacer fue muy claro cuando dijo que me controlara.

«Nada volverá a ser como antes. Ni el mundo, ni tú, ni Shantal, ni ninguno de nosotros. A partir de ahora no puedes dejar que el amor te controle, pero sí puedes dejar que te guíe. No confíes en nadie excepto en ti misma. Ahora más que nunca dependes de tu fortaleza. Procura que la debilidad de tus emociones no sean la pala con la que cabes tu tumba», fue su consejo cuando llegué a la camioneta y no, no cabaré mi tumba, pero tampoco iré al entierro de Shantal.

Le prometí estar a su lado y no precisamente como fantasmas y es ese el impulso que me guía hacia mi habitación para coger las llaves de mi moto y largarme del internado Renacer. No hay manera de que la deje en manos de asesinos. Ahora más que nunca debo poner a prueba los años de preparación. Sacaré a Shantal viva de Origen, porque no me creo que sea cierto que haya muerto.

 Sacaré a Shantal viva de Origen, porque no me creo que sea cierto que haya muerto

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Quinientas veces tu nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora