𝟎𝟕

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CAPÍTULO SIETE

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CAPÍTULO SIETE

COLLAR

Camino hacia mi casillero, coloco la clave y lo abro para luego, comenzar a meter todos los libros que ya no utilizaría ese día. Mi mirada se dirigió a la parte del fondo de mi casillero, notando la foto familiar que había pegado ahí.

Los extrañaba demasiado. Anhelaba poder verlos tan pronto como sea posible, pero se que eso no pasaría. Las cosas en New Orleans se complicaron. La enemiga de papá había escapado y ahora mismo nadie sabe su paradero. No me preocupa que me lastime a mi, me preocupa que lastime a las pocas personas que verdaderamente me importan.

Siento algo frío en mi cuello y mis ojos viajan hasta el sitio. Recuerdos de esta mañana vuelven a mi memoria como flashes chocantes.

Delineo el poco brillo labial que me había puesto mientras me miraba en el espejo de mi auto, frotándome los ojos un par de veces porque me veía extraña. No había dormido nuevamente en toda la noche y al final terminé tomando tres tazas de café. Mi cuello se sentía expuesto, supuse que sería por el collar, desde que regresé de la casa de Isaac no lo llevaba puesto, se me había caído, lo había perdido.

No le tomé tanta importancia, mi cabeza ahora mismo estaba en saber quien era la enemiga de mi padre y el porque me estaba buscando, hoy más que nunca mis sentidos están alertas. Ya no soy solamente yo, no. Ahora tengo a más personas, más vidas detrás de la mía. No dejaré que nadie lastime a mi familia y amigos.

Bajé del auto apresuradamente al ver que solo faltaban cinco minutos para ingresar a clases. Iba comenzar a caminar, lástima que un objeto duro detuvo mi rumbo.

Por objeto me refiero a Derek patético Hale.

—¿A donde tan deprisa?—su aroma alcanzó llegar a mis fosas nasales.

Levanté mi cabeza para verlo a los ojos, tenía su típica chaqueta de cuero negro, sus manos adentro de sus bolsillos, su cara estaba neutra. Me rodeó y se recostó por mi auto, relamió sus labios y por unos momentos de debilidad mis ojos se dirigieron a ellos.

Al tenerlo enfrente mío una oleada de enojo llenó mi cuerpo, pero también tristeza. El segundo sentimiento solo estaba en mi meñique, no en todo mi cuerpo. Mi orgullo era mucho más grande y mi subconsciente me estaba diciendo que no sintiera otra cosa que no sea enojo.

«Obviamente le hice caso a mi subconsciente»

Me dió una media sonrisa al notar como me quedaba quieta en mi lugar, analizándolo de arriba abajo.

𝐓𝐑𝐈𝐇𝐘𝐁𝐑𝐈𝐃 | 𝐓𝐞𝐞𝐧 𝐖𝐨𝐥𝐟Where stories live. Discover now