PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA DARK
𝐓𝐑𝐈𝐇𝐘𝐁𝐑𝐈𝐃 | ❝ El infierno se queda corto a lado de una mujer con sed de venganza ❞
𝐀𝐋𝐈𝐂𝐈𝐀 𝐌𝐈𝐊𝐀𝐄𝐋𝐒𝐎𝐍 la ultima de la Dinastía Mikaelson, hija del temido Nicklaus Mikaelson y Hayley Marshall. Al...
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CAPÍTULO OCHO
DESAPARICIÓN
Alicia de repente despertó con el sonido de la vibración de su teléfono, estirando un brazo para alcanzar su mesita de noche, abriendo un poco los ojos encontrándose con la oscuridad de su habitación. Se quejó un poco debido a que el brillo de su celular la cegó un poco y respondió la llamaba al ver el nombre de su mejor amigo en la pantalla, dándole una mirada fugaz al rubio que se encontraba durmiendo con ella para asegurarse de que no se hubiera despertado, viéndolo dormir con una mano enredado en su cintura sintiendo su torso desnudo debido a que no estaba usando camiseta.
Alicia agarró su brazo con suavidad quitándolo lo más despacio posible para no despertarlo, poniéndose sus pantuflas y saliendo en su terraza para poder hablar mejor.
—Ey, ¿que pasa? —susurró adormilada. El chico no respondió, haciéndola pensar qué tal vez se había equivocado—. ¿Stilinski? —lo llamó nuevamente, pero el seguía sin decir nada—. ¿Stiles? ¿Stiles, sigues ahí?
La respiración de Alicia se aceleró al ver una figura mirándola debajo del alumbrado público. Era una mujer esbelta y llevaba una de esos vestidos antiguos de color rojo, su cabello era negro y le llegaba hasta por debajo de la cintura, pero cuando querías ver su rostro... en este solo se veía oscuridad.
—¿Salvaje? —preguntó su amigo, susurrando.
—Si, estoy aquí —le dijo, apoyándose por el barandal cuando sintió una presión en su cabeza, nuevamente—. ¿Qué pasa? ¿Estás bien? ¿Puedes oírme? —preguntó con calma, pero preocupada.
—Salvaje, no sé dónde estoy... No sé cómo llegué aquí... Creo que estaba sonámbulo —Stiles susurró, el miedo notorio en la voz de él hizo que los nervios de Alicia aumentaran.
—Está bien, está bien. Dime lo que ves, lo que sea —pidió.
—Está oscuro. Es difícil de ver. Creo que algo le está pasando a mi...
Alicia soltó una maldición cuando la llamada se cortó, marcando de nuevo su número. Lo intenta varias veces, pero solo le responde el correo de voz. Su teléfono empezó a sonar debido a la llamada entrante de Stiles captando su atención de inmediato.
—¿Stiles?
—Alicia, no creo poder salir de aquí. No puedo moverme.
—¿Donde estás?
—No lo sé. Está muy oscuro —repitió—. No puedo ver mucho, y algo anda mal con mi pierna. Está atrapada en algo. Y está... creo que está sangrando.
