PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA DARK
𝐓𝐑𝐈𝐇𝐘𝐁𝐑𝐈𝐃 | ❝ El infierno se queda corto a lado de una mujer con sed de venganza ❞
𝐀𝐋𝐈𝐂𝐈𝐀 𝐌𝐈𝐊𝐀𝐄𝐋𝐒𝐎𝐍 la ultima de la Dinastía Mikaelson, hija del temido Nicklaus Mikaelson y Hayley Marshall. Al...
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CAPÍTULO VEINTIUNO
FURIA
Abrí la puerta de mi auto mientras arrancaba el motor y comenzaba a acelerar lo más rápido que mi vehículo podía. Veía por el espejo retrovisor el Jeep de Stiles seguirme a la par. Ahora mismo los tres íbamos a la casa de los Stilinski para poder hablar con el padre de Stiles y decirle lo de Matt, más bien tratar de decirle.
La verdad es que hasta ahora no sabía que pensar primero, en una sola noche había pasado miles de cosas y realmente no quiero hablar de ninguna, salvo que ahora mismo me siento como la más perra traidora del mundo, eso si. El que Allison me besara complicaba todas, pero absolutamente todas las cosas, y para rematar, voy y hago que Derek me bese haciéndome aún más inútil para poder pensar con claridad, oh y también no olvidemos que ¡Matt es el maldito que controla a Jackson!.
Estacioné mi auto frente a la casa de Stiles mientras agarraba mi celular y bajaba de él. Vi como mis dos amigos también bajaban del Jeep y comenzaban a caminar hacia mi.
—Ustedes dos no me creyeron y miren quien terminó teniendo la razón —fue lo primero que nos dijo Stiles una vez que estábamos en el pórtico de su casa—. Oh, si, Stiles —rió para si mismo mientras Scott y yo suspirábamos cansados—. Les dije que debían de hacerme caso.
—También me dijiste que dejara de tener ganas de golpearte a cada rato —giré la cabeza para míralo—. Y tampoco te hice caso —golpeo su brazo.
—Salvaje —se frota el brazo.
Scott soltó una breve risa ante nuestro acto infantil.
—¿Como planeas explicárselo todo a tu papá? —pregunté.
Stiles se encoge de hombros.—Matt es malvado. Está asesinando persona.
—Oh, y también es capaz de desgarrar a la gente, literalmente. Y no olvidemos las garras paralizantes, ¿eso es una explicación lógica? —arqueo una ceja en su dirección.
—Las explicaciones a detalles lo pensaremos más tarde —murmura Stiles mientras abría la puerta.
El padre de Stile, que estaba sentado en la sala de estar, nos miró como si estuviéramos locos debido a la prisa con la que ingresamos a la vivienda.
Stiles iba adelante mientras que Scott y yo seguíamos sus pasos.
El chico comenzó a subir las escaleras gritando.—¡Papá, necesito que vengas a mi habitación en menos de cinco minutos! ¡Tenemos grandes, pero, grandes problemas!
