Capítulo 2

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Odio

Killiam

—Coronel general —José López llama mi atención, y saco mi mente de los recuerdos para observarlo —Llegaremos en cinco minutos a la ubicación de los desertores.

El moreno de facciones duras termina de hablar y no espera respuesta de mi parte, porque sabe muy bien que no le daré nada.

En los últimos tres años su cara se ha hecho más angular, y su barba más notoria, también se ha dejado crecer el bigote, aunque su cabello tiene el mismo corte militar.

—Voy a disfrutar masacrar al infeliz de Miller —Oleg Kozlov es el que habla ahora, pero su mirada permanece al frente. Su cara también ha cambiado haciéndose más ruda, pero el resto sigue exactamente igual. Saco de músculos, totalmente tatuado desde el cuello hasta las manos, y su cabello rubio agarrado en un moño.

Sigo sin responderle a ninguno de los dos. Me concentro en tratar de sentir algo, aunque estoy apagado hace tres años, solo puedo sentir rencor y odio.

Aún recuerdo el suceso como grabadora en mi mente, una y otra vez sus palabras se repiten en mi cabeza, me han destruido tantas veces, y a la vez me han vuelto a reconstruir solo por un motivo.

Matarlos a todos.

Mataré a Violett, mataré a Dante, mataré a O'Brien, de la misma forma que mataré a Karen Gómez y Alex Miller por haberme traicionado.

Hoy ascendí a Coronel General. Después de tres años de estarle lamiendo el culo a todo el mundo, manteniendo el perfil bajo, al fin logré lo que anhelaba, el poder absoluto para hacerme cargo de todas las escorias que me deben cada minuto que respiran.

Lo primero que conseguí al ser ascendido fue la ubicación de las dos personas más insignificantes, pero las que no podían seguir viviendo con el aire prestado de mi parte.

Saco el arma de su lugar y verifico que esté cargada antes de volverla a poner.

—Los quiero vivos — hablo con voz ronca, y me giro para acentuar mis palabras —, quiero a ambos vivos y sin un rasguño.

Ninguno dice nada, y saben a qué me refiero.

—Llegamos — Dendrik Bauer habla a través de la radio, y el carro en el que va se detiene delante de nosotros.

Soy el primero en salir, y miro la casa acogedora, de la chimenea sale humo así que deben estar en la casa.

—Rodéenla— ordeno y los soldados saltan la pared de las demás casas.

Toco la reja blanca que se encuentra abierta, hay algo raro en todo esto. Saco el arma en seguida y camino hasta la puerta pisando las flores del suelo.

Cuando toco la puerta de madera esta cede sin problema.

—Mierda — gruño e ingreso enseguida.

—Demonios — José es el primero en hablar cuando ingresa siguiéndome. Parece el escenario de una película de terror.

El cuerpo de una mujer desangrada y sin piel se extiende en la cama, un hilo de sangre gotea desde la sábana y golpea en suelo. Hay un trapo metido en su boca para amortiguar sus gritos.

—Karen Gómez — señala Dendrik y camina más cerca de su cuerpo.

—Mire señor — Oleg me llama y giro el rostro para ver al hombre atado a una silla. Oleg le alza la cabeza e identifico a Alex Miller por la gran cicatriz de su rostro. —Está vivo.

Veo un papel sobre su cuerpo y lo agarro aún sin procesar todo.

"Lo siento por adelantárteme mi amor, pero aquí te dejo uno vivo como regalo"

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